Transfiguración de Jesús: su significado e importancia para la feligresía

En las enseñanzas cristianas la transfiguración es un momento crucial. Este evento está narrado en los evangelios de San Mateo, San Lucas y San Marcos.

0
907
La transfiguración es uno de los cinco hitos principales en la narrativa del evangelio de la vida de Jesús, siendo los otros su bautismo, crucifixión, resurrección y ascensión.

EL SALVADOR.- La transfiguración del Divino Salvador del Mundo es uno de los momento más importante para la feligresía católica durante los festejos patronales de San Salvador. Este evento que está narrado en los evangelios sinópticos (San Mateo, San Lucas, San Marcos), en el que Jesús se transfigura y se vuelve radiante en gloria divina sobre una montaña, marca muchas vidas.

En estos pasajes, Jesús y tres de sus apóstoles, Pedro, Santiago y Juan se dirigen a una montaña (Monte Tabor o Monte de la Transfiguración) a orar. En la montaña, Jesús empieza a brillar con rayos brillantes de luz, generalmente llamada “luz tabórica”. Entonces los profetas Moisés y Elías aparecen al lado de él y habla con ellos.

Para Tomás de Aquino este fue “el mayor milagro” en el sentido de que complementaba el bautismo y mostraba la perfección de la vida en el Cielo.

En las enseñanzas cristianas, la transfiguración es un momento crucial, y el entorno en la montaña se presenta como el punto donde la naturaleza humana se encuentra con Dios: el lugar de encuentro de lo temporal y lo eterno, con Jesús mismo como punto de conexión, actuando como puente entre el cielo y la tierra. Además, los cristianos consideran que la transfiguración cumple una profecía mesiánica del Antiguo Testamento según la cual Elías regresaría nuevamente después de su ascensión.

El evento de la transfiguración inicia desde el día 5 agosto con la tradicional “Bajada”. Se organiza una procesión con la imagen de Jesucristo que parte de la Basílica del Sagrado Corazón de Jesús y finaliza frente a Catedral Metropolitana, donde año con año se realiza una representación de la Transfiguración.

“La Bajada” es una tradición de nuestro país que se remonta a 1,770 pero fue hasta 1811 donde se realizó la primera bajada recorriendo las principales calles de la ciudad y en 1999 se comenzó a desarrollar este acto en la Catedral Metropolitana de San Salvador.

La transfiguración se realiza en las afueras de la Catedral Metropolitana donde se monta una estructura de unos 15 metros de altura y en la cima se encuentra la figura del Divino Salvador del Mundo en un globo terráqueo mientras los feligreses cantan.

La imagen desaparece dentro del mundo para reaparecer luego completamente vestida de blanco, lo que hace referencia al pasaje bíblico de la transfiguración cuando Jesús se encontraba en el monte Tabor.

Este año, al igual que en 2021, las procesiones fueron suspendidas para evitar aglomeraciones de personas y para prevenir que se den posibles contagios de Covis-19. Las misas si se celebrarán pero al interior de los templos y cumpliendo todas las medidas de bioseguridad.

Como el año anterior, el COVID-19 no ha sido un obstáculo para que cientos de feligreses pues desde sus casas se han unido en oración pidiendo al Divino Salvador del Mundo que cese la pandemia que tanto daño ha causado a nivel mundial.