Ayer la FIFA perdonó a Lionel Messi de su castigo impuesto por los insultos que emitió a un juez de línea, y la Selección Argentina contará con su estrella los últimos tres partidos de las Eliminatorias Sudamericanas clasificatorias al Mundial de Rusia.
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La noticia generó polémica en todo el mundo. La pregunta es por qué el Comité de Apelaciones modificó el fallo del Comité de Disciplina. El argumento oficial afirma que “las pruebas disponibles no eran suficientes para demostrar según los estándares adecuados —es decir, de manera completamente satisfactoria para los miembros de la Comisión de Apelación— la aplicabilidad del art. 77 a) del CDF, que permite a la Comisión Disciplinaria sancionar las faltas graves que no hubiesen advertido los oficiales de partido”.
Detrás del comunicado de la FIFA hay un camino de negociaciones que comenzó a activarse el mismo 28 de marzo -día que Argentina perdió en Bolivia, cuando se conoció la sanción de cuatro fechas para el capitán argentino y una multa de 10 mil francos suizos.
Juan de Dios Crespo, abogado español que encabezó el equipo defensor de Messi ante la FIFA. Fue contratado por la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), tras conocerse la sanción. Los abogados cumplieron todos los plazos: se envió primero una nota de apelación y luego la carpeta con los antecedentes. Uno de los principales argumentos fue que se trató de un insulto al aire y no dirigido al línea brasileño Marcelo Vangasse.
Además los abogados de la AFA presentaron el jueves un descargo durante más de una hora y media en Zurich, sin la presencia del delantero de Barcelona. ¿Fue el trabajo de los abogados lo que convenció al Comité de Apelación de la FIFA? No parece el único camino.
También hubo algunos movimientos políticamente correctos entre la “nueva” dirigencia de AFA. Algunos gestos que esperaban en Zurich para modificar la dura postura contra las autoridades argentinos. La asistencia de Claudio Chiqui Tapia al 67to. Congreso Ordinario de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol), en Santiago de Chile, fue uno. Allí estuvo Gianni Infantino, titular de la FIFA, como invitado especial.
Messi también pudo mover sus contactos en la entidad internacional. Allí aparece la figura Zvonimir Boban, el volante croata que brilló en Milan en los 90 y que actualmente es el secretario general adjunto de la FIFA. ¿Fue la cintura política de los protagonistas lo que cambió la decisión? Sumaron, pero no fueron las causas exclusivas.
Otro argumento a la hora de entender el fallo es que el suizo Claudio Sulser es el presidente del Comité de Disciplina de la FIFA y fue el máximo responsable de la sanción de nueve partidos al uruguayo Luis Suárez en el Mundial de Brasil por el mordisco al italiano Giorgio Chiellini.
