“Estoy profundamente dolido”: El papa Francisco pidió perdón a los indígenas de Canadá

“Llego hasta sus tierras para decirles personalmente que estoy dolido, para implorar a Dios el perdón, la sanación y la reconciliación" dijo el sumo pontífice.

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l papa Francisco besa la mano de Alma Desjarlais, de la Frog Lake First Nation, durante la ceremonia de bienvenida en Edmonton, Alberta, Canadá (REUTERS/Guglielmo Mangiapane)

El papa Francisco se reunió este lunes con los sobrevivientes de una antigua escuela residencial para indígenas en Canadá, para renovar el pedido de perdón por el papel que tuvo la Iglesia por más de un siglo en la violencia infligida a miles de menores de pueblos autóctonos.

Francisco arrancó su gira de seis días en Maskwacis, provincia de Alberta, a unos cien kilómetros al sur de Edmonton, donde se encuentra la antigua escuela residencial de Ermineskin, una de las más grandes de Canadá, abierta de 1895 a 1975.

Después de una oración silenciosa en el cementerio, pronunció su primer discurso, en español, ante unas 15.000 personas, entre ellas antiguos alumnos de los pensionados indígenas.

Ahí, el Papa pidió perdón por el “mal cometido por tantos cristianos contra los pueblos indígenas” de Canadá, y lamentó la cooperación de la Iglesia en lo que calificó de “destrucción cultural.”

“Llego hasta sus tierras para decirles personalmente que estoy dolido, para implorar a Dios el perdón, la sanación y la reconciliación; para manifestarles mi cercanía, para rezar con ustedes, y por ustedes (…) Lo siento. Pido perdón, en particular, por la forma en que muchos miembros de la Iglesia y de las comunidades religiosas cooperaron, también con su indiferencia, en proyectos de destrucción cultural y asimilación forzada”, expresó el Sumo Pontífice, quien reconoció que este viaje se trata de “una peregrinación penitencial”.

El Papa comentó que se le pidió que devolviera unos mocasines, signo del sufrimiento padecido por los niños indígenas, que meses atrás fueron entregados al Vaticano a modo de ofrenda.

 “Quisiera inspirarme en este símbolo, que en los meses pasados reavivó en mí el dolor y la vergüenza. El recuerdo de esos niños exhorta a actuar para que todos los niños sean tratados con amor, honor y respeto”.

Francisco instó a seguir un camino juntos “para que los sufrimientos del pasado dejen un lugar de reconciliación”. “Es justo hacer memoria, porque el olvido lleva a la indiferencia. Lo opuesto a la vida no es la muerte, es la indiferencia a la vida o la muerte”.

El jerarca católico estará también en la iglesia del Sagrado Corazón de los Primeros Pueblos de Edmonton, una de las más antiguas de la ciudad, reconstruida tras un incendio en 2020, y donde pronunciará un segundo discurso frente a las comunidades indígenas.

El pontífice argentino, de 85 años, arribó el domingo a Edmonton (provincia de Alberta) para una visita de seis días que ha sido muy esperada por los pueblos aborígenes locales principalmente de tres grupos: Primeras Naciones, Metis e Inuit.

Llegó en una silla de ruedas a Muskwa Park (Parque del Oso) para el encuentro del lunes con las poblaciones. Se detuvo unos minutos para orar en un cementerio en soledad. Luego, fue recibido por los líderes indígenas con cánticos y ritmos, mientras se acercaba a la multitud que lo esperaba bajo una leve llovizna y algunas ráfagas de viento.

Mientras el Papa estaba en el escenario, ingresó una larga bandera roja que llevaba los nombres de muchos niños que murieron en las polémicas escuelas administradas por la Iglesia.

En el centro de este “peregrinaje penitencial” está el doloroso capítulo de las “escuelas residenciales” para niños indígenas, un sistema de asimilación cultural que causó la muerte de al menos 6.000 menores por enfermedad, desnutrición, negligencia o abusos desde finales del siglo XIX hasta la década de 1990, y que creó un traumatismo en varias generaciones.

El gobierno canadiense, que ha indemnizado con millones de dólares a antiguos alumnos, se excusó oficialmente hace 14 años por haber creado estas escuelas para “matar el indígena en el corazón del niño”.

Alrededor de 150.000 niños indígenas fueron matriculados a la fuerza en estos centros, donde fueron separados de sus familias, de su lengua y de su cultura y a menudo fueron víctimas de violencia física, psicológica y sexual.

Canadá está abriendo paulatinamente los ojos a este pasado calificado como “genocidio cultural” por una comisión nacional de investigación. El descubrimiento de más de 1.300 sepulturas anónimas en 2021, cerca de dichos centros, provocó una ola de rechazo.

El martes, el papa celebrará una misa en el estadio Commonwealth de Edmonton donde unas 65.000 personas son esperadas, antes de dirigirse al lago Sainte-Anne, sitio de una importante peregrinación anual. El miércoles visitará la ciudad de Québec antes de la última etapa del viaje, el viernes en Iqaluit (Nunavut), ciudad del norte canadiense en el archipiélago ártico.