El Manchester City de Guardiola bailó y humilló al Real Madrid de Zidane: 4 a 1

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¿Amistoso?, sí. No importa el marcador, depende. Como sea. El Madrid de Zidane, en un torneo sin valor, pero que es imagen y donde los equipos juegan de tú a tú no importando el nivel, dio pena, no, dio vergüenza, o más que eso. Pero en una nación sedienta de buen fútbol y tratando de creer en el fútbol soccer, los Estados Unidos.

Humillación. Peor, ¿es el Madrid al que el Barcelona le ha propinado las peores goleadas, humilladas?, pues ahora no fue el Barcelona, sino el Manchester City, el equipo que dirige uno de sus más grandes archirrivales: el técnico Pep Guardiola.

Aunque ZiZou le bajara importancia al torneo, a su rival, esta noche salió con la cabeza viendo al suelo, o metiendo la cabeza en un hoyo. No se esperaba un resultado así, ni en una pretemporada así. Segundo partido perdido. Vergüenza la de hoy.

La BB, sin la C, naufragó. Gareth Bale pide a gritos irse de Madrid, al menos eso dice con su aporte al equipo, aunque él quiera seguir en la institución blanca; el Gato Benzema, más apagado que encendido en una intermitencia que lo caracteriza. CR7, pues de vacaciones disfrutando de su sexy novia, ahora embarazada y no de forma artificial, bueno no se sabe.

Al minuto 75 llegó el máximo de pena, de vergüenza, de humillación. El City le comenzó a tocar la pelota a los merengues, al mejor estilo de Pep con el Barcelona, y las graderías estallaban de histeria… más felices que tristes. El cuarto en contra llegó.

A los blancos, hoy vestidos de negro, les pasó encima una ciudad entera, al mejor estilo de Guardiola. El de la honra, al 89, Oscar, quien celebró como el Pelé Zapata cuando El Salvador hizo el 5 a 1 en el Mundial de España 82.

4 a 1, fin. Más que pena.