El Gobierno de Estados Unidos está evaluando una nueva política que extendería de forma dramática los poderes del Departamento de Seguridad Nacional (DHS, en inglés) para agilizar las deportaciones de ciertos inmigrantes indocumentados.
El diario The Washington Post publicó este viernes que esas directrices en evaluación se encuentran en un memorando.
Desde 2004, Seguridad Nacional tiene autorización para evitar que los inmigrantes indocumentados no vayan a las cortes de inmgiración, si han estado en ese país menos de dos semanas y fueron detenidos dentro de un radio de 160 kilómetros (100 millas) de la frontera.
De acuerdo con el Post, la propuesta dice que Seguridad Nacional sería empoderado para que busca la deportación expedita de indocumentados detenidos en cualquier lugar de Estados Unidos y que no puedan probar que han vivido en ese país contínuamente por más de 90 días, sostiene el memorando interno de 13 páginas, del cual ese medio tiene una copia.
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De ser aprobadas, las nuevas directrices representarían una ampliación de la autoridad de esa agencia federal para agilizar las deportaciones bajo la presidencia de Donald Trump, quien ha hecho de la seguridad fronteriza una prioridad.
El medio de la capital estadounidense sostuvo que dos oficiales gubernamentales confirmaron la existencia de la propuesta, que no requeriría aprobación del Congreso, y que actualmente está siendo revisada.
El memorando fue circulado en la Casa Blanca en mayo pasado, y Seguridad Nacional está revisando comentarios de la Oficina de Administración y Presupuesto, comentó una fuente familiar con el proceso.
Del Departamento de Seguridad Nacional depende la Agencia de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, en inglés), encargada de la detención de inmigrantes, así como de iniciar los procesos de deportación.
