El mediocampista colombiano del Real Madrid James Rodríguez vivió el sábado una jornada agridulce, luego de que su equipo logró un nuevo título de la Liga de Campeones de Europa al vencer 4-1 a la Juventus de Turín.
El colombiano, que llegó al equipo merengue luego del Mundial Brasil 2014, ha ido perdiendo protagonismo en la política de rotaciones del francés Zinedine Zidane y ayer fue el mensaje más claro.
El popular “10” fue parte de la expedición a Cardiff, Gales, pero Zidane lo dejó fuera de los 18 futbolistas que estarían disponibles, por lo que tuvo que ver el partido desde las gradas. Al final del partido ingresó al césped para recibir su medalla y celebrar con sus compañeros con el trofeo de la Champions, “la Orejona”.
Un balde de agua fría para un jugador que ha ido perdiendo cartel en el Madrid, ante la explosión de Francisco “Isco” Alarcón, Lucas Vásquez y Marco Asensio y el croata Mateo Kovacic.
Ya desde hace varias semanas y con el mercado europeo en plena ebullición, a Rodríguez los medios de comunicación lo colocan fuera del Santiago Bernabéu. El Manchester United que dirige José Mourinho es uno de los destinos que le apuntan al sudamericano. Se especula que el extécnico madridista lo quiere incluir en una eventual operación para que el portero español David De Gea llegue al Madrid.
“Dios tiene el control de todo. Una más”, escribió el cafetero en su cuenta de Twitter, acompañando el mensaje de una fotografía suya con “la Orejona”.
