Guillermo Hasbùn envia un mensaje de agradecimiento en la ardua labor de los veterinarios

Han logrado mantener estables a muchos perros y gatos al borde de la muerte

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Cada 17 de agosto se conmemora el Día del Médico Veterinario Salvadoreño. La profesión ahora toma más fuerza y trascendencia debido a la transformación que vive El Salvador en el tema animalista: con la aprobaciòn de la Ley Especial de Protecciòn y Bienestar Animal el funcionamiento de la primera entidad gubernamental que vela por los derechos de los animales y que trabaja por erradicar la violencia contra todo ser sintiente, así como del primer hospital público para animales (Chivo Pets).

El presidente del Instituto de Bienestar Animal (IBA), Guillermo Hasbùn envió un mensaje de agradecimiento al equipo veterinario de la autónoma. “Estoy agradecido con cada uno de los médicos veterinarios que son parte de esta institución por su ardua labor, por atender a animales con cuadros clínicos difíciles y en un contexto aún más complicado. Pero ellos son tan profesionales y entregados que han logrado mantener estables a muchos perros y gatos al borde de la muerte. Sigan ejerciendo la profesión con ética y compromiso”, expresó el titular,

Añade que los veterinarios que trabajan para el IBA se enfrentan todos los días a casos donde los animales ni siquiera tienen fuerzas para mantenerse en pie, tan temerosos que se defienden atacando u otros que con su mirada suplican por ayuda y compasión. Así fue una de las denuncias que atendió el médico Federico Escobar, y que lo impresionó muchísimo.

Escobar recordó que la perrita estaba abandonada en una carretera, tenía un prolapso uterino, estaba baja de peso y muy temerosa.

“Me marcó mucho porque estaba a la deriva, sobreviviendo, tratando de subsistir sin ayuda de absolutamente nadie. Teníamos un poco de comida y se la ofrecimos, y se la comió con tantas ganas, no sabíamos desde cuándo este animal no comía. Fue bastante gratificante haberla atendido”, comentó el médico veterinario.

A diferencia de muchos doctores de animales, los que laboran en el IBA no tienen una mesa quirúrgica, ni atienden a pacientes con cita previa; no, ellos van con su caja de asistencia —con fármacos, guantes, estetoscopio, inyecciones, pipetas, pastillas, vitaminas y más— a cualquier rincón de El Salvador: desde el cantón Flor Amarilla, Santa Ana, hasta Polorós, La Unión, para salvaguardar perros, gatos o cualquier animal que necesite ayuda.

Amanda Segovia sí ha tenido la oportunidad de trabajar en espacios más controlados, pero no por razones positivas, sino porque ha sido la responsable de realizar autopsias a varios animales que fallecieron en circunstancias dudosas o violentas.

Esta veterinaria ha recibido casos estremecedores, donde debe cuidar que sus emociones no se vean afectadas. El día que tuvo que realizar una necropsia a un perrito que había sido atacado con arma blanca, no imaginó la magnitud de violencia que podía ejercer una persona a un animal. El daño era sobrecogedor, pero ella tenía que “buscar una respuesta para que el caso no quedara en vano”.

Son estos médicos quienes, con sus dictámenes clínicos, pueden lograr que una denuncia de vulnerabilidad, negligencia, tenencia irresponsable, entre muchas otras, pueda tener una resolución a favor de los animales y logre sanciones económicas y hasta judiciales para los infractores. El veterinario Luis Andrade considera que esto “es una gran responsabilidad, pues en nosotros recae el peso de muchas decisiones”.

“Nunca imaginé que El Salvador pudiese tener ese nivel de cuidado de los animales, de conciencia y de decir que los animales importan. Para mí la Ley de Bienestar Animal ha cambiado el ámbito veterinario. Esta carrera está creciendo a pasos agigantados; hay mucho por recorrer, pero se vienen muchas cosas bonitas para la profesión”, subrayó Segovia.

IBA, celebran los importantes cambios que se han logrado durante la gestión gubernamental del presidente Nayib Bukele, y muchos, como Segovia.