EL SALVADOR.- Una de las tradiciones de El Salvador de las más conocidas durante las fiestas agostinas, son los viejos de agosto, esos personajes vestidos con ropas viejas y mascaras que a más de algunos le sacan una carcajada.
Los viejos de agosto salen a las calles de San Salvador en los desfiles del Correo el 1 de agosto, y del Comercio el día 3, con lo cual se dan por inauguradas las fiestas agostinas.
Pero ¿quiénes son ellos?, ¿por qué se llaman así?, ¿cómo es que comenzaron a salir en los desfiles?, pues acá te contamos su historia.
Realmente no se tiene una fecha exacta en la cual aparecieron como parte de las tradiciones salvadoreñas, pero se cree que tuvo origen en las mascaradas y danzas traídas por los españoles a tierras cuscatlecas. Estas mascaradas en algún momento tomaron un nuevo rumbo al fusionarse con las tradiciones indígenas, incorporando elementos de la cultura popular salvadoreña, dando como resultado a los viejos de agosto.
¿Por qué se llaman viejos de agosto?:
Se conocen así porque generalmente son personas disfrazadas con máscaras feas que aveces hasta suelen dar miedo, especialmente a los niños, asimismo porque suelen ser vistos durante los diferentes desfiles que se realizan en las fiestas patronales de la ciudad de San Salvador y las cuales se celebran los primeros días del mes de agosto.
Qué hacen los viejos de agosto
Los viejos de agosto generalmente son una representación de los diversos personajes de la mitología salvadoreña. Casi siempre tienen un aspecto muy feo o muy gracioso, con lo cual lograr hacer reír a la gente que los observa.
En algunos casos, especialmente si son conocidos los asistentes pueden hacerles bromas para pasar un momento gracioso. También algunos regalan dulces a los niños, otros también son asignados para entregar la programación de las fiestas.
Quiénes son los viejos de agosto
Los viejos de agosto son personas que forman parte de la cultura salvadoreña. A continuación te presentamos a algunos de ellos:
La Siguanaba
Uno de los personajes que más disfrutan los asistentes a los desfiles se trata de una leyenda salvadoreña de una mujer hermosa que atrae a los hombres, pero cuando ellos le hacen caso ella se convierte en un monstruo. Quien la personifica en el desfile explota sus «atributos» para hacer reír a todos.
El Cipitío
Es otra leyenda del país representada por un niño barrigón, con un gran sombrero y un peculiar traje blanco. Es el hijo de la Siguanaba y, junto a ella, se encargan de asustar a las personas en el desfile agostino.
El diablo
El diablo también es una de las principales atracciones del desfile, pues hace muchas bromas a las personas, utiliza su cola para darles pequeños golpes y hace divertidos bailes.
La mujer embarazada
Como una figura universal, la embarazada se acerca a las parejas de novios o casados, exigiéndole a los hombres que «se hagan cargo» y que le den dinero para la manutención de su hijo. Sin duda, les hace pasar un momento divertido.
El padre sin cabeza
Este «viejo de agosto», que personifica a un sacerdote, se encarga de reprender a los asistentes a los desfiles agostinos y darles sermones.
