Golpe a comunidad santuario de la mara MS-13

Por Ricardo Sosa / Experto en seguridad y criminología.

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El fin de semana anterior, la violencia brutal del crimen organizado y de las pandillas en El Salvador registró al menos 87 homicidios en 72 horas, lo cual es un golpe e impacto a las familias que ahora se encuentran de duelo, pero de igual manera para el país.

La comunidad San José del Pino ubicada en el municipio de Santa Tecla, departamento de La Libertad, ha sido la sede central, mando de operaciones y lugar de habitación de los principales cabecillas de la Mara Salvatrucha, MS-13, la principal pandilla criminal transnacional del mundo. Hablar de esta agrupación criminal es referirnos a una organización criminal que tiene presencia, en este momento, en los cinco continentes, y que en la actualidad su principal objetivo es incrementar y maximizar sus altas ganancias lucrativas producto de su amplio portafolio delictivo criminal.

El término «santuario» se puso de moda en los gobiernos del partido FMLN, cuando se les permitió operar, expandirse, diversificarse, arrebatar los negocios a los residentes, expulsarlos de la comunidad, quedarse con la vivienda y servicios como: panaderías, venta de gas propano, tiendas, ventas de saldo de telefonía móvil, los «chupaderos de la colonia», servicios de taxis pirata, venta de comida mexicana, servicios de «carwash», compra de buses por medio de testaferros, alquiler de viviendas que fueron usurpadas, entre otros.

El legado de los dos gobiernos del FMLN es haberles enseñado y mostrado el camino a las pandillas de que al incrementar los homicidios podían, entre otras cosas, mantenerse sin operativos en lo que ellos consideran sus territorios, y someter a sus residentes y vecinos, haciéndoles creer que ellos eran el estado en ese microterritorio y que debían respetar su ley: ver, oír y callar.

En las últimas horas, la PNC, con el apoyo de la FAES, ha intervenido esta comunidad en Santa Tecla, y se ha efectuado un categórico y contundente golpe a uno de los principales programas de la MS-13, Los Pinos Locos Salvatruchos, con la presencia de los ministros de Justicia y Seguridad y de la Defensa nacional, y el director general de la PNC al frente, y de sus equipos estratégicos. Parte de los resultados preliminares es la captura de cabecillas nacionales que ordenaban diferentes crímenes que llevaban luto y dolor a las familias salvadoreñas.

Este golpe categórico del Gabinete de Seguridad ha sido estratégico, ingresar a la guarida de los cabecillas, quienes tenían su buen vivir en el interior de la comunidad.

Las pandillas, en los últimos 34 meses, han tomado decisiones que atentaron contra las familias y la sociedad salvadoreña. No midieron las consecuencias, pero sí les han generado disposiciones y graves consecuencias que les han afectado a sus cabecillas, mandos y dirigentes en el interior de los penales, pero también «en la libre»; en esta ocasión, no será la excepción, serán presentados en sede judicial e intimados por sus crímenes y delitos. Las investigaciones especializadas de la PNC y la FGR permitirán condenas que los enviarán a los centros penitenciarios de máxima seguridad.

Son al menos 10 comunidades denominadas «santuarios» a las que PNC, FAES, FGR y MJSP han llegado en las últimas 72 horas a ejecutar la planificación y el trabajo guiado por la inteligencia, con el uso de técnicas especiales de investigación con resultados efectivos. No hubo «postes» que los pudiera salvar. ¿Dónde estaban los retenes con los que siembran terror en la población? Ya no se observaron tiktoks burlándose de la autoridad.

A los funcionarios del Gabinete de Seguridad, personal operativo y administrativo de la PNC, la FAES, personal especializado y administrativo de la FGR y el MJSP, Centros Penales, con todo respeto y ánimo, no han sido derrotados; su trabajo, esfuerzo y sacrificio no han sido en vano, existen logros y avances significativos en la seguridad pública de El Salvador que continúan siendo irrefutables, innegables y con una clara tendencia a la baja. No somos aún un país seguro, hay mucho trabajo por hacer, para lograr el país que nos merecemos. El crimen organizado y el brazo útil de ellos, las pandillas, siguen operando y causando mucho daño y luto a la sociedad salvadoreña, pero la impunidad ha comenzado a descender en los delitos contra la vida y el patrimonio, así como otras expresiones delictivas.

Estas últimas horas de trabajo intenso, al máximo, en las que han sacrificado a sus familias por servir y proteger a la población salvadoreña no queda sin recompensa; de Dios vendrán las bendiciones sobre ustedes, y el reconocimiento y agradecimiento de la sociedad salvadoreña. Dios los bendiga y los guarde, muchas gracias.