Desde la mañana de ayer se logran apreciar estampas, fotografías e incluso vídeos donde aficionados tanto del Alianza Fútbol Club, así como el Club Deportivo Águila hacen largas filas para poder obtener un boleto de entrada para apreciar la final de fútbol nacional entre esos equipos mañana.
Respetar las medidas de bioseguridad como el distanciamiento social, uso de mascarilla, evitar las aglomeraciones ha quedado para ellos en segundo plano, todo por ver un partido de fútbol, una final, sin imaginar que esta pudiera ser su última final.
Pero, se habrán puesto a pensar en sus familias, en caso de que lleguen a contraer el COVID-19, de seguro que no todo por el impulso, el amor a un equipo antes que a su vida.
Será que habrán pensado en algún segundo en los médicos, enfermeras, todo ese personal de primera línea que desde que ha comenzado la pandemia se encuentran en el área de fuego, luchando para salvar vidas y que no se mueran sus hermanos, los salvadoreños.
Creo que ya es momento de ser empáticos, de pensar no solo en nosotros sino en nuestros médicos, enfermeras, todos los que se encuentran arriesgando su vida por salvar la de los demás, de personas como tú como yo, como todos ellos.
Solo ayer era sorprendente ver cómo los aficionados al fútbol se volcaron a las calles sin respetar muchos el distanciamiento, sin respetar si quiera su vida, la de sus seres más queridos: la familia, los hijos, esposa, esposo, madres, padres, amigos, vecinos, entre otros.
Pero eso no es todo, eso no terminó ayer, ahora comienzan a apreciarse esas estampas, pero en las afueras del Estadio Barraza en San Miguel a la espera de que se abrieran las taquillas a las nueve de la mañana, todo para comprar los boletos para la final de mañana
Aquí en algunas imágenes se logran observar incluso salvadoreños sin mascarillas, niños, menores de edad sin protección. Vale la pregunta ¿sabrán los aficionados de estos equipos que el COVID-19 aún esta entre nosotros?
El ministro de Salud, Francisco Alabí así como otras autoridades de Salud se han pronunciado y mencionaron que llenar el estadio Cuscatlán con 14 mil personas el próximo domingo, en la final del fútbol salvadoreño , incumpliría los protocolos de bioseguridad.
Señaló además que los organizadores del evento intentaron incrementar la cantidad de ingreso de los aficionados al recinto con fines económicos. Al final el Gobierno tiene las manos atadas pues los diputados de la Asamblea Legislativa no les permiten atender la emergencia como debe ser.
Pero será qué como salvadoreños, como aficionados necesitan de un bozal (no una mascarilla en caso que la usen) o una cadena para no ir a esos eventos y así evitar la propagación del coronavirus. Necesitan que este el patrón, el jefe, la autoridad para que entiendan las graves consecuencias el asistir a esos eventos sin respetar las medidas de bioseguridad? Necesitan castigos para anteponer la vida antes que una final?
