El 10 de octubre de 2016, los soldados Enrique Morales Morán, de 22 años, Nelson Omar Díaz López, de 22, Saúl Humberto Turbín Gómez, de 24, y Wilfredo Pérez López, de 26, salieron de sus casas sin saber que no regresarían.
Los cuatros militares desaparecieron cuando se dirigían a un curso en las instalaciones de la Fuerza Aérea Salvadoreña en Ilopango.
En un primer momento, el ministro de Seguridad, Mauricio Ramírez Landaverde, dijo que estaban investigando el caso como una privación de libertad pero que también podría haber otras situaciones.
Desde esa fecha, poco o casi nada se sabe de su paradero. En su momento se conoció que los soldados subieron por equivocación a un microbús del transporte público de la ruta 29 A que llega a dicha colonia y según testigos ahí supuestamente fueron interceptados por unos 40 pandilleros que los torturaron, asesinaron y sepultaron en las riberas del lago de Ilopango.
Ahora a casi siete meses de la desaparición de los militares en la colonia Vista al Lago de Ilopango, las autoridades solo presumen que pudieron haber sido asesinados, pues aún se desconoce sus paraderos.
En su momento, el ministro de Defensa, David Munguía Payes, informó que las labores de búsqueda continúan y especula que cadáveres de los soldados fueron enterrados en la zona donde desaparecieron.
Aunque preliminarmente, la Fuerza Armada había declarado a las familias de los soldados que estos habían desertado.
“Estamos en deuda con las familias”, externó hace meses Munguía Payés antes de reconocer que no existen avances en la investigación en torno al caso.
“Presumimos que nuestros soldados están fallecidos en estos momentos”, apuntó el jefe militar para quien los militares fueron privados de libertad y asesinados solo por el hecho de pertenecer a la institución castrense.
Y es que en días posteriores a la desaparición de los cuatro soldados en la colonia Vista al Lago, agentes policiales de la delegación de Soyapango capturaron a un pandillero de la MS-13.
Los agentes policiales al revisar el teléfono que andaba el capturado, encontraron información referente a la desaparición de los militares. Parte de esa información era que en la desaparición de los cuatro, habían participado dos clicas de la MS-13: la que opera en la colonia Vista al Lago y la que controla el cantón Changallo, en la parte surponiente del lago de Ilopango.
La información aportada por ese pandillero indicaba, que los cuatro militares habían sido asesinados y sus cuerpos mutilados; luego los enterraron en las riberas del lago de Ilopango.
Policías encargados de patrullar esa colonia indicaron en su momento que habían testimonios de vecinos que indican que cuando el microbús llegó a la cancha de fútbol de Vista al Lago, unos 40 pandilleros ya los estaban esperando.
Y aunque ya pasaron más de cinco meses del hecho, los familiares de los soldados desaparecidos siguen en la espera de poder tener información de ellos y poder así dar cristiana sepultura a sus cuerpos.
