La política de flexibilización de Estados Unidos hacia Cuba, implementada desde finales de 2014 por el entonces presidente Barack Obama, podría dar un giro este viernes, cuando el actual mandatario Donald Trump anuncie nuevas medidas hacia la isla.
Se prevé que Trump dé a conocer el endurecimiento de algunas de las medidas adoptadas por Obama, en demanda de mayores concesiones del régimen cubano en asuntos como respeto a los derechos humanos y libertad de expresión, entre otros.
“No queremos seguir dando apoyo financiero a un régimen que no ha hecho ningún cambio en su comportamiento”, aseguró el secretario de Estado de Estados Unidos, Rex Tillerson.
A finales de 2014, ambos países anunciaron un sorpresivo acuerdo para iniciar el deshielo en las relaciones diplomáticas, que se mantuvieron rotas durante 60 años.
Paulatinamente y sin obviar el embargo impuesto por el Congreso, el gobierno de Estados Unidos flexibilizó políticas de viajes a la isla, el intercambio comercial y la cooperación.
En julio de 2015, Estados Unidos inauguró su embajada en La Habana, ceremonia a la que asistió el entonces secretario de Estado, John Kerry.
En marzo de 2016, Obama llegó a La Habana, una visita histórica de un mandatario estadounidense. “Acabo de aterrizar y espero reunirme y escuchar a la gente cubana de forma directa”, escribió en su cuenta de Twitter.
