Se dispara la mortalidad infantil en Venezuela

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Los casos de difteria y mortalidad infantil en Venezuela han aumentado significativamente, en medio de una prolongada crisis social, económica y política que ha desatado protestas en contra del régimen de Nicolás Maduro.

Varios medios internacionales citan un informe del Ministerio para la Salud de Venezuela  dado a conocer esta semana, luego de tres años sin datos oficiales.

Según el informe, el año pasado la mortalidad infantil tuvo un aumento del 30 por ciento comparada con 2015, mientras que los casos de mortalidad materna crecieron un 65 por ciento.

La difteria (infección del aparato respitario) había sido erradicada hace dos décadas en Venezuela, sin embargo, tuvo un rebrote en 2016 con 324 casos.

La malaria había sido controlada en los años 40, pero solo en 2016 tuvo un repunte con un poco más de 240,000 casos. El zika, transmitido por el zancudo, pasó de 72 casos en 2015 y se disparó en 2016 a 240,000 casos. También hubo incremento de casos de hepatitis A y tuberculosis.

“Venezuela está viviendo en este momento la peor crisis de salud de su historia republicana”, dijo Maritza Durán, presidenta de la Sociedad de Medicina Interna de Venezuela, citada por la agencia de noticias española EFE.

La crisis económica, agravada en los últimos años por la caída de precios del petróleo, ha golpeado a prácticamente toda el aparato productivo venezolano, sumado al control de las divisas que hace muy difícil conseguir dólares para comprar en el extranjero materias primas y productos que no se producen en Venezuela, entre ellos las medicinas.

Un reportaje publicado el fin de semana por el diario estadounidense The Wall Street Journal titulado “Venezuela se muere de hambre” ilustra los casos de desnutrición infantil severa por falta de alimentos y medicinas y la expropiación de empresas.

El gobierno se niega a reconocer la crisis y a aceptar un corredor humanitario para que otros países donen alimentos y medicinas. El discurso oficial ha sido que la escasez se debe a la especulación por parte de empresarios y a una “guerra económica” atribuida a sectores de derecha, tanto internos como internacionales.

Desde principios de abril pasado, opositores al gobierno venezolano se manifiestan en las calles en demanda de respeto a la Asamblea Nacional, de mayoría opositora, y a convocar a elecciones como una forma de salir a la crisis. La cifra de muertos desde esa fecha ya llegó a 39.

La represión de las manifestaciones con gases lacrimógenos, balas por parte de la Guardia Nacional Bolivariana es denunciada por la oposición, mientras grupos armados afines al chavismo, llamados “colectivos”, se suman a la tarea.

El oficialismo, por su parte, acusa a la oposición política de incitar la violencia de los manifestantes.