Trump reducirá impuestos del 35% al 15% a las empresas

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El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, asediado por las encuestas, ha decidido ir más allá que sus predecesores e incluso que su propio partido y, según fuentes oficiales, va a anunciar hoy una histórica rebaja de la presión fiscal para las empresas. La medida, que reducirá del 35% al 15% el impuesto de sociedades, busca reactivar la fe de su electorado en un presidente que, a punto de cumplir los primeros 100 días de mandato, acumula más fracasos que aciertos.

La rebaja fiscal, según los medios estadounidenses, ha sido acordada por sorpresa. El presidente no quería desaprovechar la oportunidad. Públicamente desprecia la fecha de los 100 días, que se cumple este sábado, pero en su entorno más cercano había crecido la inquietud. Excepto la elección para el Tribunal Supremo del conservador Neil Gorsuch, apenas tiene ningún éxito en casa que lucir. El escándalo del espionaje ruso avanza firme, su veto migratorio sigue bloqueado en los tribunales y la reforma sanitaria fue rechazada por su propio partido. Este último fracaso le amargó más que ninguno.

La propuesta, que previsiblemente se presenta hoy dentro de un paquete más amplio de medidas impositivas, tiene una enorme potencia de tiro. Sumada a las tasas locales y estatales, la presión fiscal a las empresas ronda en EUA el 40%, una de las más altas de Occidente y, a juicio de las compañías, un gigantesco obstáculo para la inversión. Barack Obama ya había planeado recortarla a un 28% y los republicanos plantearon el 25%. Trump ha ido más lejos.

La implantación del 15%, muy por debajo de Francia y Japón, supondrá que la arcas federales dejen de recaudar dos billones de dólares en diez años. Una merma que ni Trump ni sus asesores han explicado bien cómo será compensada. “Se cubrirá conin el aumento económico que proporcionará”, mencionó en secretario del Tesoro, Steven Mnuchin.

Aunque la economía vuelve a respirar, el déficit representó el año pasado el 3.2% del Producto Interior Bruto (587.000 millones de dólares) y la deuda pública ronda el 105% del PIB (casi 20 billones). Son magnitudes que los republicanos tienen presentes en toda negociación. Para ellos, cualquier número rojo implica un anatema.