Los sacrificios para ganar un concurso de belleza

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Como “Barbies prefabricadas” son conocidas las participantes de los concursos de belleza. Con una fuerte presencia en países latinoamericanos donde se jactan de tener ‘a las mujeres más hermosas del mundo’, pero para lograrlo deben pasar por el bisturí, una alimentación estricta y someterse a un entrenamiento rígido que muchas veces inician desde la infancia.

Las aspirantes deben ser altas, esbeltas, con cabellera voluminosa, sonrisa amplia, facciones angulosas, pechos erguidos, elegancia al caminar y un poco de inteligencia.

La mayoría son impulsadas por madres que buscan un mejor futuro para esta niñas, pero en el camino afrontan una serie de humillaciones, malos tratos y hasta sufrimientos.

To be a Miss el nuevo documental dirigido por Edward Ellis, expone cómo el culto al ideal de belleza venezolano obsesiona a todo un país. Cuenta la historia de tres jóvenes que sueñan con cambiar su vida a partir de su coronación.

Bethania Dávila, de 17 años pasa 5 horas al día en el gimnasio, tres horas por la mañana y dos por la tarde, debido a que la organización la desafió a perder entre 8 y 10 kilos en dos meses para poder presentarse en los casting previos al certamen. “No me importa hacerme todas las cirugías plásticas que hagan falta ni adelgazar todo lo que me pidan si con eso logró ser Miss Venezuela”, asegura.

El reality “Toddlers and Tiaras” que muestra los competencias infantiles

Estefanía Bernal, de 20 años, fue elegida como la nueva Miss Universo Argentina viajó a Filipinas para competir internacionalmente por el título, aunque no calificó, relata que “fueron varios meses intensos, que empecé antes del viaje. Yo tenía que lograr con mi cuerpo el trabajo de años de mis principales rivales como México, Colombia y Venezuela”.

Estefanía Bernal entrenando con sus rivales antes de la competencia

Para lograr la excelencia, Bernal, fue asistida por un ‘entrenador de misses’ -Harry Levy.  “Nos despertábamos temprano, íbamos al gimnasio con rutinas específicas para tonificar, y después continuamos con cursos de oratoria, maquillaje, y estilismo”, explica.

Los preparadores de misses les enseñaban a hablar, a moverse, a tener actitud, creerse ganadoras y representar a su país con orgullo y con simpatía. Sin embargo, ahora se recurre a las cirugías estéticas para poder presentarse para competir.

“Vi chicas con implantes, reducción de abdomen, fundas en los dientes y hasta liposucción de mejillas. A mí sólo me aconsejaron rediseñar mi sonrisa y aclararme el pelo”, dice Bernal.

Estefanía rediseño su sonrisa con carillas nuevas para brindarle un efecto más armónico

En Argentina, aunque el culto a la delgadez y la belleza sigue siendo un mandato social femenino, los concursos no están tan arraigados a la cultura.

Estefanía Bernal, de 20 años, fue elegida como la nueva Miss Universo Argentina