De El Salvador al espacio exterior: Frank Rubio, a dos días de viajar a la Estación Espacial Internacional

El astronauta partirá el 21 de septiembre rumbo a la Estación Espacial Internacional donde pasará al menos seis meses a bordo de la nave Soyuz MS-22. 

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El astronauta Francisco Rubio (Frank Rubio) está a dos días de convertirse en el primer salvadoreño que viajará a la Estación Espacial Internacional (EEI), como parte del proyecto Artemis, un esfuerzo conjunto entre entre la NASA y Roscosmos, la agencia espacial rusa.

Rubio, hijo de salvadoreños, se ha preparado durante toda su vida para esto: ir a la Estación Espacial Internacional. Ese sueño lo cumplirá junto a los rusos Sergey Prokopyev y Dmitry Petelin quienes tripularán la nave espacial Soyuz MS-22 desde el cosmódromo de Baikonur, en Kazajistán.

El astronauta de origen salvadoreño nacido en Los Ángeles partirá el 21 de septiembre rumbo a la Estación Espacial Internacional (EEI), donde pasará al menos seis meses a bordo de la nave Soyuz MS-22. 

El astronauta de origen salvadoreño partirá el 21 de septiembre rumbo a la Estación Espacial Internacional (EEI) donde pasará al menos seis meses a bordo de la nave Soyuz MS-22. 

En una reciente entrevista para el servicio de noticias del Ejército de EE.UU., el astronauta manifestó que ya es capaz de imaginarse entre la imagen de la pequeña Tierra y la negrura de las estrellas.

El proyecto de la NASA Artemis, una iniciativa que busca volver a llevar seres humanos a la Luna para el año 2025 y, con el tiempo, dar paso a la exploración humana en Marte.

Su carrera

Rubio está casado con Débora y es padre de cuatro hijos. Se unió al Ejército en el año 1998 con el objetivo de pagar sus estudios universitarios. Tras graduarse de la Academia Militar, obtuvo un doctorado en medicina de la Universidad de Servicios Uniformados de Ciencias de la Salud en 2010, tras lo cual fue proveedor ejecutivo médico y cirujano de vuelo en Redstone Arsenal, Alabama.

El salvadoreño posee una carrera militar extensa: ha volado más de 1.100 horas, incluyendo más de 600 horas de combate durante sus despliegues en Bosnia, Afganistán e Iraq. Para eso, obtuvo una certificación como piloto de helicópteros.

Desde entonces, ha completado un programa de entrenamiento de astronauta de dos años que ha incluido desafíos físicos y académicos grandes, desde sistemas de soporte vital hasta manejo de electricidad en la Estación Espacial Internacional, pasando por entrenamientos físicos a bordo de aviones que pueden volar a velocidades supersónicas como el Northrop T-38 Talon.

En 2017 intentó ingresar a la NASA para convertirse en astronauta donde se convirtió en uno de los 12 seleccionados de entre nada menos que unos 18.000 aspirantes.

Francisco Rubio fue uno de los 12 seleccionados de entre unos 18.000 aspirantes.

El mayor desafío de su carrera

Este 21 de septiembre Rubio partirá rumbo a la Estación Espacial Internacional (EEI) donde pasará al menos seis meses a bordo de la nave Soyuz MS-22 como parte del más amplio programa Artemis, que busca preparar las condiciones para que los seres humanos puedan regresar a la Luna y también visitar Marte, pero este será su primer viaje al espacio exterior.

Entre otras investigaciones y experimentos en materia científica y tecnológica en las que participará que se llevarán adelante en la EEI figuran los paseos espaciales, las investigaciones en torno a la microgravedad y cómo esta afecta al cuerpo humano y experimentos relativos a la posibilidad de fabricar órganos humanos.

“Los experimentos biológicos me interesan en particular debido a mis antecedentes”, dijo Rubio en la misma transmisión de la NASA sobre sus estudios en medicina. “Ser capaces de producir órganos humanos sería fenomenal por las posibilidades que nos daría para lidiar con algunas enfermedades aquí en la Tierra”.

Para Rubio esta misión representa enormes esfuerzos entre la NASA y Roscosmos.“Creo que es importante, incluso en momentos de tensiones, que los vuelos espaciales y las exploraciones espaciales —dos cosas en las que ambas agencias son extremadamente apasionadas— se mantengan como una forma de diplomacia y de compañerismo donde encontramos espacios en común”.

La EEI funciona gracias a una colaboración entre Estados Unidos, Rusia, Japón, Canadá y la Agencia Espacial Europea. Este año, producto de la guerra en Ucrania y las posteriores sanciones occidentales contra Moscú, sus actividades y misiones estuvieron a punto de verse interrumpidas, pero finalmente, en agosto de este año, la NASA confirmó que Rusia se había comprometido a continuar trabajando en la EEI incluso después de 2024.