El 2 de noviembre, en todo El Salvador se recuerda a los seres queridos que ya no están con nosotros, un día que es conocido como “de los fieles difuntos o día de los muertos” y es una tradición cada año.
El 2 de noviembre probablemente nació como una tradición pagana en tiempos inmemoriales pero fue adoptada por la iglesia católica y por otras iglesias ortodoxas a partir de el año 998 cuando se creó como un día especial para los difuntos. Esto fue instituido por el monje benedictino San Odilón, Francia y su idea fue adoptada por Roma en el siglo XVI y de ahí se difundió al mundo entero.
En el caso de El Salvador este día parece haber sido inculcado desde el siglo XVI en la época de la llegada de los españoles. La gente desde muy temprano visita los cementerios para ir a “enflorar, ya sea con flores son naturales o artificiales. Algunas personas también llevan músicos como mariachis para que les canten en la tumba del difunto y de esta manera recordar las canciones que a ellos les gustaban.
Además de enflorar, el día es aprovechado también para comprar pintura, cal, brochas y pinceles, conseguir azadones, palas y piochas y en familia arreglar las tumbas donde están los cuerpo de parientes cercanos, que permanecen en nuestros corazones.
El día incluso es de asueto o festivo nacional, por lo que, tanto la empresa privada como instituciones de gobierno no laboran para poder visitar los camposantos.
En la mayoría de cementerios también se celebran misas o cultos especiales para recordar a los seres queridos en esta fecha.
