El año nuevo es recibido por los salvadoreños de manera muy alegra y a pesar que muchos sufrieron la perdida de algún familiar o algún ser querido en el país las personas siempre son optimistas y esperan que el próximo año les traiga una mejor fortuna.
Las tradiciones que no pueden faltar en una familia salvadoreña son las siguientes
Religiosos:
El Salvador es un país bastante religioso por lo cual lo primero que se hace es congregarse en su iglesia no importa de que religión sea las familias salvadoreñas cierran el año dándole gracias a Dios por el año que terminan.
La comida:
Luego de agradecerle a Dios les espera un banquete al llegar a las casas, el menú salvadoreño en las fiestas de navidad y fin de año incluye pavo o pollo al horno, guisado o en cualquier otra receta que se comparte con toda la familia e invitados a las cenas de Noche Buena y víspera de Año Nuevo.
A menudo la cena se sirve en cuanto los invitados arriban a casa. El pavo no es exclusivo para el 24 de diciembre; también puede dejarse para el 31 y alternar los menús de ambas fechas celebradas con la misma magnitud con otros platillos como tamales de pollo o gallina, panes con pollo y ensaladas la hierba llamada berro jamás puede faltar.
Los “estrenos”:
Quizá la compra de regalos para los niños (juguetes que se entregan en la víspera de Navidad) y de ropa nueva, sea la parte más comercial de las fiestas de Navidad y fin de año (también hay un alza en la venta de electrodomésticos y de pinturas para casa).
Los llamados “estrenos” son los conjuntos de vestuario que niños y grandes compran con anticipación y que lucirán en durante las dos noches festivas. Los atuendos incluyen zapatos, accesorios. Hoy en día, los más escépticos prefieren obviar la tradición de los “estrenos” y se inclinan más por comprar gadgets o accesorios para sus vehículos, así como hacer ahorros, aprovechando el dinero extra que representa su aguinaldo.
La música:
Los hogares vibran al sonido de las cumbias. La pachanga es la marca de las fiestas con clásicos nacionales e internacionales que nunca pasan de moda, como “El Año Viejo”, de Tony Camargo. La música de big bands y de orquestas como los Hermanos Flores o Aniceto Molina no pueden faltar.
Muchas de las melodías son en realidad villancicos o temas navideños que recuerdan a los hermanos que residen en el extranjero; otras simplemente son excusas para ponerse de pie y bailar como buenos latinos.
Los sonidos rancheros, la bachata y todo un sinfín de grandes melodías incluso algunas muy antiguas, se escuchan especialmente en estas fiestas.
Las doce uvas:
La tradición de comer 12 uvas exactamente a las 12 de la noche llegó a América Latina desde España.
Para tener 12 meses de buena suerte y prosperidad es necesario comer una uva con el sonido de cada campanada de la medianoche.
La medianoche:
La medianoche llega con bombo y platillo en 24 y 31 de diciembre, en un anuncio definitivo de la Navidad o del Año Nuevo. En ambas ocasiones se reparten abrazos entre la familia, los invitados y los vecinos, se realizan brindis.
Sin embargo, es la medianoche del 31 de diciembre cuando muchos derraman lágrimas por todas las alegrías y tristezas que terminan con este periodo de 365 días, por las oportunidades que trae el nuevo año y por los familiares que no pudieron continuar junto a nosotros.
También se elevan oraciones al Creador, con la esperanza de vida, salud y prosperidad para toda la familia.
En el país y el resto de América Latina, muchas familias realizan rituales que tienen como objetivo llevar buena suerte a sus miembros.
Estas ceremonias, también pueden hacerse de forma individual, para hacer “ajustes” y conseguir lo deseado en el año que esta por iniciar.
