El Día de Muertos es considerado una de las tradiciones más representativas de la cultura mexicana, la cual se acostumbra celebrar a partir del día primero de noviembre, dedicado a todos los santos en especial a los “angelitos”, es decir niños fallecidos y el 2 de noviembre dedicado a los adultos difuntos.
Esta tradición se remonta a la época prehispánica y desde entonces es festejada a través de los diversos rituales por más de 40 grupos indígenas del país. Una parte esencial de esta tradición es la visita a los cementerios. Ya sea de día o de noche, las familias acuden en forma respetuosa y colocan arreglos florales, velas sobre las tumbas para así mostrarles a las almas el camino para regresar a casa.
Además de estas visitas es común que en las casas, edificios y espacios públicos sean colocados los altares de muertos, como reconocimiento a uno o varios difuntos. Los elementos que se pueden encontrar en los altares de muertos son:
- El papel picado de colores: generalmente de colores morado, rosa y naranja que simbolizan la unión de la vida y la muerte.
- Las velas y veladoras blancas: símbolo de amor que guía a las almas al altar.
- Flores: en especial se utiliza el cempasúchil que representa la tierra.
- Objetos personales del difunto y fotografías: en forma de homenaje.
- Bebida y comida favorita del difunto, para que pueda disfrutarla en su regreso. También se puede incluir el pan de muerto, tradicional de esta temporada.
- Agua natural para saciar la sed del difunto.
- Calaveritas de dulce: comúnmente con el nombre del fallecido escrito sobre la frente.
La celebración del día de muertos es una mezcla de una devoción mística donde se conjuga lo religioso y lo pagano, el miedo y la burla. A la muerte se le hacen canciones. La ridiculizamos en caricaturas y “calaveras” y nos la devoramos los vivos en forma de dulce o pan. Disfrutemos de esta mexicana tradición.