¿Sabías que? Luego de un trasplante de corazón puedes experimentar los sentimientos del donante

0
761

¿Pueden las células guardar recuerdos o estaremos ante una historia de ficción?

Investigadores plantean la hipótesis de que los cambios en la personalidad de la persona trasplantada se deban a un tipo de memoria celular.

Un artículo publicado en la revista Estudios Cercanos a la Muerte, los doctores Paul Pearsall de la Universidad de Hawai, Gary Schartz y Linda Russek, de la Universidad de Arizona, examinaron diez casos de trasplantes de corazón en la que los pacientes informaban de ´cambios en las preferencias de la comida, música, el arte, preferencias sexuales e incluso de profesión, así como casos específicos y experiencias relacionadas con sus donantes.

El cirujano cardíaco Josep M. Caralps, autor del primer trasplante de corazón en España en el año 1984, propuso una tesis que revolucionó la comunidad mediática al afirmar: ´Es muy probable que el corazón genere sus propios sentimientos y emociones, cuyo transmisor es el cerebro. Los electrones que tienen las células a su alrededor podrían producir ondas de muchos tipos, capaces de guardar en su memoria esta sabiduría del corazón´.

Por lo que… ¿Podría el corazón trasplantado evocar recuerdos de su antiguo cuerpo? Caralps en su libro ´Super Corazón´ aclara que el corazón es como ´un termómetro de nuestras emociones´, porque cuando nos pasa algo importante, nos damos cuenta de que late más deprisa, notamos incluso los latidos en el cuello o en las sienes y esto hace que involucremos el corazón a nuestras manifestaciones afectivas y emotivas.

¿El corazón, entonces, genera sentimientos?

Según el doctor, sí. Y en la última entrevista realizada por RTVE confirmó que los trasplantados de corazón manifiestan sensaciones y sentimientos que eran propios del donante, lo cual quiere decir que en el corazón se almacenan sensaciones gustativas, apetencias sexuales que luego siente el trasplantado. A las personas sensibles les pasa más y añade, La persona que te dona el órgano sigue viva, no está muerta del todo. Hay una parte que sigue viva.

Pero una gran parte de la comunidad científica descarta estas teorías. El doctor Rafael Matesanz, coordinador de la Organización Nacional de Traspantes , confirma que en las células somáticas del órgano trasplantado no existe ninguna memoria que pueda traspasar al receptor.

Creer lo contrario compagina mal con el conocimiento científico. No olvidemos que el trasplante se basa en la idea de que la vida radica en el sistema nervioso central y que el corazón se extrae de la muerte cerebral, cuando los órganos aún se mantienen en vida.