Conoce los 5 “Remedios de la abuela” que realmente no funcionan

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Por mucho que te cueste creerlo, tu abuela se equivocaba cuando te decía que utilizaras una mascarilla de huevo para tener la piel tersa o te pusieras un poco de pasta de dientes en las quemaduras. Estos consejos forman parte del repertorio popular de remedios caseros de nuestros abuelos y, aunque muchos de ellos sigan diciendo que funcionan, las evidencias científicas aseguran todo lo contrario.

Los avances e investigaciones no solo han demostrado la falta de eficacia de muchas de estas creencias, sino que muchas de ellas, que van desde consejos de belleza hasta remedios de nutrición o de salud, nos pueden llegar a perjudicar. Veamos en qué se equivocaban nuestros abuelos.

1.La clara de huevo no es una buena mascarilla

Tomar de la cocina para solucionar algo es muy común entre las abuelas. Pero si te han recomendado que te hagas una mascarilla con clara de huevo, es mejor que huyas. A la clara de huevo se le atribuye la propiedad de tersar la piel y minimizar las arrugas faciales. Sin embargo, no existe evidencia científica que lo pruebe. “La gente cree que sí porque las claras de huevo secan la cara y se siente más tersa; pero una vez que te lavas, realmente no ha hecho nada”.  Incluso puede ser peligroso si el huevo contiene la salmonela.

2.Huye de la pasta de dientes contra las quemaduras

Aunque cada vez es más conocido que ante una quemadura lo mejor es poner la parte afectada bajo el grifo de agua fría, todavía hay quien cree que también hay ingredientes caseros que pueden servir. Nada más lejos de la realidad.

Por ejemplo, cubrirla con pasta aliviará el dolor durante un rato, pero pronto volverá y seguirá produciendo daño. Además, aplicarle tanto pasta de dientes puede provocar infecciones. Lo recomendable es ponerla bajo el chorro de agua durante al menos 20 minutos, secarla con una toalla limpia y ya entonces taparla con un paño estéril con una crema cicatrizante.

3.Ni alcohol ni agua oxigenada sobre las heridas

También era común que cuando te caías de pequeño tu abuela llegara enseguida con un bote de alcohol o agua oxigenada para echar sobre la herida y así curarla mejor. Sin embargo, lo estaba haciendo mal. Verter estos líquidos sobre una herida abierta mata el tejido normal y las células que intentan cicatrizar. Así que la mejor cura es lavarla con agua limpia para que se elimine toda la suciedad y luego aplicar yodo para desinfectar.

4.No al baño helado para bajar la fiebre

También es algo muy escuchado a los abuelos cuando los niños tienen más de 37ºC de temperatura bañarlos con agua fría. Sin embargo, no es lo recomendable porque meterle en agua helada les generaría un enorme contraste y un sufrimiento innecesario.

Lo mejor es aplicarles agua tibia, ya sea en compresas o en un baño, para así ir regulando poco a poco su temperatura. En caso de fiebres altas, desde el organismo recomiendan el uso de medicamentos bioreguladores para reducir la fiebre y, por supuesto, acudir al médico inmediatamente.

5.La leche no cura la acidez

Es cierto que la leche alivia de manera transitoria este malestar, pero es probable que vuelva a aparecer después de unos 15 o 20 minutos. Esto se debe a que la leche neutraliza momentáneamente la acidez del jugo gástrico pero, a partir de ese tiempo, aumenta. Los culpables son el calcio y una proteína láctea llamada caseína que estimulan la producción del ácido.