A Simon, el conejo gigante, lo hallaron muerto la mañana del 20 de abril en el aeropuerto internacional O’Hare de Chicago y sus dueños pidieron entonces una investigación independiente sobre las causas.
El famoso conejo gigante que estaba “sano y en forma”, murió en la bodega de carga de un vuelo de la compañía United Airlines. Su muerte se da cuando la compañía estadounidense empezaba a recuperarse después de varios escándalos que mancharon su imagen pública.
Sin embargo, la aerolínea United lo incineró, eliminando así la posibilidad de saber cómo había muerto. Ante esto, los dueños interpusieron una demanda contra la aerolínea.
El conejo murió en abril en un vuelo entre Londres y Chicago.
Los dueños, unos empresarios de Iowa que acababan de comprar el animal por 2,300 dólares a un criador del Reino Unido, aseguran que un veterinario examinó a Simon antes del vuelo y que lo encontró “en buena estado físico para volar”.
Lo llevaban a una exhibición en una feria estatal. Creían que podía ganar al ser el más grande.
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En su demanda acusan a United de trato negligente con Simon y de quemar sus restos para eliminar las pruebas de las causas de la muerte.
Aseguran que United es responsable de un tercio de todos los animales muertos a manos de aerolíneas en Estados Unidos en los últimos cinco años.
“Están frustrados por cómo ha manejado la situación United desde el inicio”, dijo el abogado.
La demanda llega después de otra polémica que salpicó a United en abril por expulsar a la fuerza a un pasajero por sobreventa de billetes.
