Científicos creen que muñecas y muñecos sexuales amenazan con terminar la relación humana

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Muchos años atrás ir a los bancos a retirar dinero era muy tedioso –bueno sigue siéndolo- pero ahora existen los cajeros automáticos que poco a poco están sustituyendo el trato humano y la sonrisa de las cajeras y cajeros.

Parece que la comunidad científica ha estado trabajando sin descanso durante este año para reducir al mínimo la interacción entre las personas en todos los aspectos de la vida.

Hasta llamar por teléfono y pedir información ahora toca oír una grabación con un montón de números hasta llegar a la opción que uno busca.

Uber es otra novedad. Pero ahora, ya hay muñecas y  muñecos sexuales que pueden desplazar las relaciones humanas y los deseos. Estas máquinas son cada vez más reales… no estaba tan lejano el futuro de la película Inteligencia Artificial.

Los expertos en la industria del sexo robótico temen que estos inventos puedan acabar arruinándole la vida a la gente, según afirman algunos medios.

Una de las cosas más difíciles de vencer es que estas máquinas son complacientes y nunca dicen no. Expertos en robótica y terapeutas sexuales han manifestado su preocupación por que la existencia de estos “follabots” humanoides a lo exmachina, siempre preparados y dispuestos a satisfacer nuestras necesidades, puedan convertir a las masas en maníacos adictos al sexo.

Los usuarios podrían tener dificultades para abandonar el palacio del placer sexual tecnológicamente avanzado y desvincularse de sus muñecos o muñecas.

“Estas máquinas estarían siempre disponibles y nunca dirían que no, por lo que podrían ser perjudiciales para personas con tendencia adictiva”, explicó Joel Snell, investigador del Kirkwood College al diario británico Daily Star.

“La gente podría obsesionarse con sus amantes robóticos, siempre fieles y complacientes, e incluso podrían llegar a organizar su vida de forma que pudieran seguir practicando sexo con ellos”.

Si bien cuesta imaginar cómo podría perjudicar a la sociedad el hecho de utilizar máquinas para tener sexo, puede que haya algo de cierto en lo que dice Snell.

“El sexo robótico podría ser mejor que con humanos”, añadió. “No sería la primera vez que las máquinas mejoran o sustituyen a los humanos en ciertas funciones”.