Según estudios realizados por investigadores, dejar de fumar significa un gran reto para las personas que lo hacen constantemente, sin embargo, por cuestiones de salud deben hacerlo. Estos son algunos remedios caseros que te ayudarán a evitarlo.
Extracto de avena contra la ansiedad:
Dejar el cigarrillo puede provocar ansiedad, mal humor, nerviosismos e incluso palpitaciones, para eso recomiendan tomar extracto de avena. Debes mezclar 25 gotas de extracto de avena en un vaso de agua y tómalo tres veces al día.
Flores de azahar:
Las infusiones de flores de azahar, combinadas con el extracto de avena, son otra opción.
Alga fucus:
La nicotina estimula los movimientos intestinales, según los expertos debes tomar en cuenta que al dejar el cigarrillo pueden aparecer episodios de estreñimiento. Alga facus por su contenido en fibra y yodo evita el estreñimiento, controla el apetito y acelera el metabolismo. Recomiendan tomarla en infusión antes de la comida del mediodía., preparada a partes iguales con hojas de abedul y ortosifón, ambas desintoxicantes.
Drosera para la tos:
Puede ser que al dejar de fumar tengas tose e, incluso aparezca mucosidad. Son síntomas comunes del proceso de regeneración de los pulmones. Para combatir ese problema, añade jarabe de drosera a las infusiones y al yogur. Para su preparación agrega 10 gramos de drosera en 750 mililitros de agu, junto con tomillo, malva, hinojo y pulmonaria. Tras 10 minutos de preparación filtra y vuelve a calentar añadiendo 300 gramos de miel de eucalipto y debes retirarlo cuando tenga textura de jarabe.
Hibisco y escaramujo:
Para evitar el síndrome de abstinencia del cigarrillo, recomiendan infusión de escaramujo con flor de hibisco y rooibos. Preparado suaviza la garganta.
Capsulas de triptófano:
Puedes encontrarlas en farmacias ayudan a estimular la producción de serotonina, la hormona del bienestar y la relación. Ayuda a evitar el nerviosismo y la tentación por alimentos dulces.
Y para que dejar de fumar no se traduzca en kilos de más, recomiendan evitar el azúcar, los dulces y los alimentos refinados, ya que pueden provocar subidas bruscas de glucosa.
