En un inicio los expertos aseguraban que las lágrimas solamente tenían como objetivo proteger el ojo. Sin embargo, existen tres tipos de lágrimas: las que mantienen los ojos lubricados, las que son generadas frente a productos o elementos irritantes y las que se generan a partir de las emociones.
Según Claudia Hammond autora del libro Torbellino emocional, las lágrimas pueden ser una forma de comunicación.
Según explica el periodista y escritor Ismael Cala, en su libro el analfabeto emocional, el llanto sí expresa sentimientos. “Si vemos a alguien llorando, inmediatamente abrigamos compasión y empatía. Incluso podemos empezar a llorar y sentirnos tristes” asegura el escritor en un artículo para El Nuevo Herald de Miami.
La tristeza no tiene una connotación únicamente negativa, sino que además cumple con un papel muy importante en las emociones.
Cala sostiene que llorar puede significar un enorme desahogo y una vía de escape para los problemas. Además, las lágrimas como un mensaje determinante de una emoción son de igual importancia como una sonrisa. “No deberían estar estigmatizadas, pues a veces no todo se puede expresar con palabras” asegura.
Un estudio de la Universidad de Pittsburg señala que el llanto podría beneficiar y ayudar a reponer el cuerpo para continuar con las funciones habituales después de una situación de estrés.
La investigadora Lauren Bylsma destaca que ese desahogo favorece nuestra sensación de bienestar.
