El problema de levantarse temprano es muy cuestionado por diferentes hipótesis debido a que muchas personas opinan que es cuestión de hábito, otras concluyen en evitar los desvelos, pero según los expertos este problema es genético.
Un estudio publicado en la revista Cell, descubrió que las personas que se quedan despiertas hasta tarde y tienen problemas para levantarse a la mañana tienen una mutación genética que disminuye la velocidad de su reloj circadiano, que se encarga de regular los patrones de dormir y despertar, lo que genera una desincronización en su sistema.
Los científicos concluyeron que las personas que tienen mutaciones en el gen llamado CRY1, mostraron una demora para quedarse dormidos, y estuvieron despiertos de dos a dos horas y media más tarde que los que no tenían esa variante.
Ese cambio es que los pone fuera de sincronía con el resto del mundo y les causa problemas para levantarse por la mañana.
Los humanos que portan esta mutación tienen días más largos a las 24 horas diarias que posee legalmente una jornada en todo el mundo.
Alina Patke principal autora del estudio manifestó: “Los portadores de la mutación tienen días más largos de los que el planeta les otorga, por eso esencialmente están jugando a ponerse al día durante toda su vida”, dijo la autora.
El vivir con un ciclo de sueño desfasado puede ocasionar problemas para conciliar el sueño, para despertar e incluso que tengan una siesta larga en lugar de una noche de sueño completo y reparador.
Este dilema es normalmente diagnosticado como trastorno de fase de sueño retrasado (DSPD, por sus siglas en inglés) y que posteriormente se acompaña de enfermedades psicológicas como ansiedad y depresión.
Además también genera enfermedades cardiovasculares y diabetes, estas son graves consecuencias para el ser humano porque interrumpe el buen estado de salud.
Cabe mencionar que no todos los casos de DSPD pueden atribuirse al gen CRY1, esta es la primera vez que se ve involucrada una mutación genética, y puede ser una variante común.
Aunque la causa sea genética, los noctámbulos no están condenados a vivir a contramano. El reloj circadiano responde a las señales externas, es decir que con un régimen de sueño adecuado y exposición solar durante el día, los noctámbulos pueden funcionar perfectamente en los horarios que dicta la sociedad, con un poco más de esfuerzo.
