Los perros son más inteligentes de lo que se cree

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Una investigación de la Universidad de Medicina Veterinaria de Viena dio a conocer la increíble capacidad que los perros tienen para interpretar los diferentes comportamientos humanos en base al contacto visual, una característica que solo era atribuible a los humanos y a los monos.

El ser humano tiene la capacidad única de lograr deducir emociones, intenciones de otros individuos y reaccionar ante ellos. Se trata de la capacidad de interpretar los comportamientos ajenos atribuyéndolas estados mentales, dicha capacidad se denomina Teoría de la mente y solo los primates comparten esta peculiar característica.

Dicha investigación dejó claro que los perros no solo tienen la capacidad de identificar si una persona tiene conocimiento de identificar donde se encuentra el alimento destinado para él, sino que también puede interpretar señales humanas y lograr encontrar la comida sin saber la ubicación exacta de donde está escondida.

El término Teoría de la mente fue definido originalmente por Premack y Woodruff (1978) y se refiere a la habilidad para asignar, creer, atribuir, pensar y desear estados mentales a otros y a uno mismo; esto no es directamente observable, y depende del sistema cognitivo para hacer predicciones de forma específica, acerca del comportamiento de otros organismos.

Esta capacidad humana surge a partir de los cuatro años de edad y es parte fundamental del desarrollo cognitivo humano. Encontrar estos indicios en los perros es un gran paso para la ciencia en materia de estudio de las capacidades y estructuras neuronales.

La investigación se basó en el análisis situacional de dos personas junto a un perro en una habitación los cuales fueron sometidos a una serie de pruebas determinadas.

Estos individuos fueron asignados bajo dos nombres, “informante” y “adivino”. El “adivino” sale de la habitación, mientras que el “informante” pone alimento en uno de los recipientes. El animal observa que el “informante” coloca comida en uno de ellos, pero no sabe en cual. El “adivino” entonces vuelve a la habitación y cada humano apunta a un contenedor diferente.

Según Ludwig Huber, miembro y responsable del equipo que realizó la investigación “Para conseguir la comida los perros tienen que saber quién conoce el escondite (informante) y quién no. Los perros deben identificar al sujeto en el que pueden confiar si tienen que decidir por un recipiente de comida”.

Los resultados obtenidos confirman que en un 70% del experimento, los perros fueron capaces de elegir el correcto recipiente con alimento, lo que indica que tuvieron la capacidad suficiente de evaluar e interpretar las señales de los “adivinos” y “los informantes” y hacer una selección correcta basada en esa visión especifica.

“Los perros domésticos (Canis familiaris) con informantes humanos son un modelo ideal, ya que muestran una alta sensibilidad hacia el contacto visual con sus amos y han demostrado ser capaces de evaluar el estado de atención de las personas. Tienen una gran capacidad de seguir la mirada humana cuando se trata de buscar alimento o lograr un objetivo determinado”, aseguraron los especialistas en dicho estudio.