Vida de un misionero, una labor altruista que trasciende

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Nació en el seno de una familia humilde y con principios en el municipio El Carmen, Cantón El Piche. Esto le permitió conocer el verdadero significado de la familia; esa comunión de amor y sencilla que se volvió extraordinaria pues compartió con los demás.

Vivenció el poco desarrollo de la comunidad, la carencia de energía eléctrica, agua potable, falta de caminos, carreteras y un complejo deportivo, algo que hizo que Enot Rubio pensara en cómo ayudar a sus necesidades, convertirse en ese hermano mayor que velara por esas carencias.

Sabía que ser una persona solidaria no bastaba con decirlo, era necesario demostrarlo con hechos.

Emigrar a Estados Unidos hace 43 años, abrió esa puerta para traer felicidad a la tierra que le vio nacer y de la que sigue enamorada como el primer día, pues nunca se olvidó de sus raíces, sus hermanos.

Desde Comité Salvadoreño El Piche fundado en 1995, logró junto a otras personas altruistas suplir las necesidades de todos esos niños, jóvenes y ancianos, que necesitaban no solo de una mano amiga, sino de un verdadero líder comunitario que estuviera a su lado.

El que se convirtieran en una organización entregada a la gente; antes que ver las diferencias de idioma, creencias religiosas, incluso línea política permitió que diferentes proyectos sociales abonarán al desarrollo del país.

Entre sus obras más emblemáticas está el decir presente en momentos de catástrofe nacional, como el terremoto de 2001, donde donaron 144 viviendas a nivel nacional a familias que se quedaron sin sus casas.

Equipar centros comunitarios, al igual que centros de cómputo, 3,256 donaciones, tres clínicas médicas, construir una carretera de nueve kilómetros de largo, otorgar becas para estudiantes, ha sido parte de esa labor que ha trascendido y que ha traído avance a las comunidades.

Entregar libros, sillas de rueda a hospitales, así como uniformes se sumó al trabajo que ha ejecutado desde Comité El Piche y del cual se siente muy orgulloso de estar al frente como un misionero.

Sin duda en todos estos años ha dado muestras de cómo plasmar huellas por donde pasa, dejando un legado a toda una comunidad, un país.

Él sabe que estar al frente del Comité por 24 años le llena de mucha paz y satisfacción; sabe que ayudando a los demás encuentra el verdadero secreto de la felicidad.

Reconoce que la labor altruista que han desarrollado ha trascendido y ha llegado ya no solo al departamento de La Unión, sino también a San Miguel Morazán, Ahuachapán, San Salvador, La Libertad, Usulután, incluso fuera de las fronteras.

Sin lugar a dudas, la gran misión que han ejecutado ha permitido recibir innumerables reconocimientos a nivel nacional e internacional; que ha recibido con mucha humildad no en nombre de Enot Rubio, sino de todas esas personas que creyeron un día que podían hacer juntos un mundo mejor.

Recibir el título de Hijo Distinguido, Gran Mariscal del 56 Carnaval de San Miguel, Distinguido Ciudadano de El Salvador, son algunos de los reconocimientos, no más valiosos de cuando ve el rostro de las personas con una sincera sonrisa al recibir una silla de ruedas, un estudiante con nuevas aulas o carreteras que traen desarrollo a la comunidad, por mencionar algunos.

Pero la labor como Comité El Piche no se detiene, este año han cumplido el sueño de muchos niños, niñas y adolescentes del país, quienes al integrar Banda El Salvador Grande como su Gente, no solo han trascendido con su talento las fronteras, sino que demuestran que cuando se quiere y tiene voluntad de sacar adelante un sueño todo es posible, con fe.

150 niños y jóvenes de 50 municipios de El Salvador ya se presentaron con mucho orgullo en Washington D.C en el festival latinoamericano, donde pusieron en alto su país demostrando su talento musical y artístico.

Ahora les resta presentarse a 250 jóvenes en el Desfile de Las Rosas, el 1 de enero de 2020, el cual se realizará en Pasadena, California.

Una oportunidad única para mostrar el otro rostro de El Salvador, juventud sana y digna que busca salir adelante, jóvenes luchadores que se enfrentan día con día a adversidades como la violencia y la pobreza.

Enot confiesa que nada de todo esto hubiese sido posible sin el acompañamiento de las dos grandes mujeres ejemplares de su vida, su madre y maestra: Marina, así como su esposa Glorita, quien es de nacionalidad mexicana y con la que está felizmente casada por 31 años y con quien procreó a sus dos hijos Katherine Melissa Rubio y Enot Rubi Jr.

Aunque declara que la fuerza más grande que le ha inspirado todo este tiempo es Dios. “Dios es quien da las oportunidades, no es un Señor de casualidades, sino de propósitos”, y junto a él está su padre, quien murió en un asalto en su casa, cuando tenía 8 años.

Enot agradece a todos los patrocinadores tanto de El Salvador como Estados Unidos y personas altruistas que no dejaron de creer en ellos, aun en medio de las tempestades.

Sin duda durante todo este tiempo, Enot Rubio ha demostrado la buena manera de emprender una idea, un trabajo de cooperación y ayuda, sabía que, desde la presentación del proyecto, las carpetas y cada detalle para ejecutarlos hablaría de ese profesionalismo que le caracteriza y por la cual su credibilidad ha traspasado fronteras tanto en el extranjero como en El Salvador.

Es por eso que no ha escatimado esfuerzos para ir en busca de ayuda, y por eso ahora Banda El Salvador Grande Como su Gente podrá viajar en avión, hospedarse en un hotel digno, podrán visitar parques temáticos como Disney, entre otros.