Héroes anónimos 7/24 al servicio de la humanidad en estas fiestas decembrinas

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“Nuestra vocación es el servicio, por eso todo lo hacemos con alma, corazón y vida para poder estar sirviendo siempre a la población”

Carlos Fuentes es el Vocero de Comandos de Salvamento que cuenta ya con 33 años de servicio en dicha entidad de socorro.

Su vocación es el servicio, y es algo que reconoce muy bien, aunque en los primeros años recuerda que el no pasar una Navidad en familia, hijos, padres fue doloroso, no solo para él sino para todos los socorristas,  que de igual manera se sienten felices de servir a la población salvadoreña.

Rememora que trabajar en fechas festivas al inicio resultaba complicado, sus hijas le reprochaban que no estaba con ellas en Navidad o Año Nuevo, pero que con los años comprendieron su labor y apoyaron.

Aunque sabe que independientemente el lugar que se encuentre ya sea  en plena emergencia o en lugares de avanzada, siempre está pensando en la familia.

“Tenemos que estar como nosotros decimos lamentablemente “trabajamos para el mal ajeno” pero son cosas que nos gustan, son cosas que decidimos para nuestras vidas y por eso lo hacemos con alma corazón y vida para poder estar sirviéndole a la población”, dijo.

Entre las coberturas que más le han marcado destaca una en San Marcos en el año 2000 en una guerra de silbadores.

Cuenta que en esa ocasión resultaron alrededor de 10 niños quemados y llegó la ambulancia a atenderlos. Para él fue impactante el ver que a la hora que estaban atendiendo a los niños con quemaduras de diferentes grados a ellos como cuerpos de socorro también comenzaron a atacar con silbadores.

Recuerda que varios de estos silbadores ingresaron a la ambulancia, incluso algunos socorristas resultaron con quemaduras de primer grado, algo que en lo personal le ha marcado en lo que es Navidad y la pólvora prohibida.

Experiencias que sin duda han marcado la vida de cada socorrista que cada año atienden diferentes tipos de emergencia, pero que todos trabajan por un mismo objetivo, hacer las cosas con el corazón y la vocación de servicio.

Por eso no se arrepiente haber iniciado en Comandos de Salvamento un 1 de octubre de 1986, en aquella seccional de Apopa pues al final logró su cometido.

Para que en esta Navidad puedan atender mejor las emergencias y la población señala que en estas fechas especiales arman dos grupos, uno será el que trabaje 24 y 25 y otro el 31 y primero, grupos que también se dividen para poder compartir, aunque sea una festividad en familia.

Entre las emergencias que más atienden se encuentran los accidentes de tránsito, personas atropelladas, quemaduras, entre otros.

Para Fuentes es satisfactorio reconocer que han podido brindar atención, rescatar personas, así como evitar tragedias gracias a la pronta acción.

Estamos para velar por la seguridad de la población

Santiago A. (nombre ficticio para proteger su identidad) es un agente de la Policía Nacional Civil (PNC) con más de 19 años de pertenecer a corporación policial, un agente con 22 años de casado.

La pasión por el servicio es su motor confiesa, un motor que se pone a prueba en los momentos en que todos, menos ellos están celebrando con la familia, como por ejemplo las fiestas decembrinas.

Su trabajo es gratificante pues sabe que puede ayudar a los demás. Su satisfacción en Navidad es ver y saber que la gente esta y se siente segura.

Y aunque la mayoría de sus patrullajes han sido en San Salvador reconoce que todo el país debe estar siempre protegido en todo momento.

En las fiestas decembrinas menciona que el trabajo aumenta pues hay que salvaguardar más a la ciudadanía y por ende estar entregados al cien por ciento.

Los casos de violencia intrafamiliar, accidentes de tránsito, estafas y robos son las emergencias que más atienden en esta época, donde muchas familias se sientan a la mesa a disfrutar de la cena navideña, pero no es este su caso.

Su único aliciente es que, si trabaja 24, descansara y disfrutara de su familia el 31 o viceversa.

Comenta que trabajar en días festivos no es un pesar pues es parte de su labor y ya están acostumbrados.

Rememora que el primer año que paso lejos de casa lo sintió mucho, pero después como que si se fue acoplando.

 “Estamos conscientes de la labor que realizamos, por eso el tiempo que nos queda libre tratamos de dárselo a la familia y darle tiempo de calidad y disfrutarlo”, reiteró.