¿Por qué se celebra el 4 de febrero el Día Mundial contra el Cáncer?

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La Organización Mundial de la Salud (OMS) y otras instituciones señalan el 4 de febrero como Día Mundial contra el Cáncer, el objetivo es aumentar la conciencia sobre esta enfermedad y movilizar a la sociedad para avanzar en su prevención y control.

El Día Mundial contra el Cáncer permite elevar conciencia y alertar a la población, a nivel individual y colectivo, que esta enfermedad se puede prevenir y controlar.

El cáncer es la causa de una de cada ocho muertes en todo el mundo, más que el Sida, la tuberculosis y la malaria juntos. Cada año se diagnostica cáncer a más de 12 millones de personas y 7,6 millones fallecen por esta enfermedad.

Las cifras no son alentadoras. Se prevé que mundialmente haya 21,7 millones de casos nuevos en el 2030, actualmente hay 14 millones. En cuanto a las defunciones en 2030 el número ascenderá a 13 millones, ahora solo existen 8,2 millones.

Los países de bajo, medio y de altos ingresos experimentarán un significante incremento en las muertes por cáncer. Parte de ello se debe a que del 92 % de la morfina médica es consumida por a penas el 17 % de la población mundial, el resto está localizada en los países desarrollados.

El cáncer también repercute en la economía de los países, sostiene la OPS. Según la OMS cinco cánceres más frecuentes en la actualidad son el de pulmón, seguido por el de mama, luego el de colon, próstata y estómago. 

El cáncer aunque no es una enfermedad infecciosa, hay una serie de infecciones que pueden provocar cáncer de forma directa o incrementar el riesgo de padecerlo. 

El tabaco constituye actualmente la principal causa de cáncer que se puede prevenir en todo el mundo.  Fumar provoca entre el 80%

El 90% de todas las muertes por cáncer de pulmón y cerca de un tercio de todos los fallecimientos por esta enfermedad en los países en desarrollo, incluido el cáncer de boca, laringe, garganta y estómago. 

El consumo de alcohol aumenta el riesgo de sufrir cáncer de boca, garganta y laringe, mama, intestino e hígado. 

Se estima que la falta de actividad física está detrás de un 25% de los casos de cáncer de mama y colon en todo el mundo. No obstante, existen pruebas convincentes de que practicar ejercicio físico de forma habitual reduce el riesgo de cáncer de mama y de colon.

El sobrepeso o la obesidad  aumentan el riesgo de desarrollar cáncer cérvico uterino, riñón, esófago, estómago, colon y mama (en mujeres posmenopáusicas), próstata, vesícula biliar y páncreas.