Niñas menores de 14 años principales víctimas de abuso sexual en El Salvador

0
565

En El Salvador las niñas menores de 14 años siguen siendo las más vulnerables y principales víctimas de agresiones sexuales. En la mayoría de casos su agresor está en su casa.

En 2017 las autoridades contabilizaron más de 1376 casos de niñas agredidas sexualmente en el país. Sin embargo la Policía Nacional Civil y Fiscalía General de la República coinciden que hay muchos casos en que no existe denuncia, por miedo al agresor.

Autoridades coinciden en que hay una larga lista negra de casos de delitos sexuales que ni siquiera llegan a denuncia a la Policía Nacional Civil y la Fiscalía General de la República.

Primos, tíos, hermanos, padrastros, padres, sacerdotes, pastores, vecinos, están entre los principales agresores de las niñas.

En el 2016, el Ministerio de Salud Pública registró un total de 21 mil niñas menores de 18 embarazadas, como resultado de violaciones sexuales. El dato de 2017 aún no está disponible.

Esta cifras no surgen de la especulación sino de las atenciones a las víctimas que llegan a las unidades de salud y finalmente a los hospitales; en algunos casos se conoce la razón de la consulta y en otras, hasta ese momento, los padres descubren el estado de la menor.

Por ley, los centros de salud pública están obligados a denunciar ante la Fiscalía y Policía cuando en la consulta aparece un menor que ha sido agredido sexualmente y más cuando producto de ese abuso ha surgido un embarazado.

Abuso sexual en la niñez

Según la Organización Panamericana de la Salud, OPS, la investigación del abuso sexual contra la niñez es compleja ya que sigue siendo un tabú y es difícil de revelar en muchos entornos, donde se debe tomar en cuenta las diferencias de edad o de poder entre víctima y victimario.

La OPS, señala que las personas que sufren violencia sexual, en este caso la niñez, pueden sufrir consecuencias conductuales, sociales y de salud mental similares. No obstante, las niñas y las mujeres soportan la carga más abrumadora de traumatismos y enfermedades resultantes de la violencia y la coacción sexuales, no solo porque constituyen la gran mayoría de las víctimas sino también porque son vulnerables a consecuencias para la salud sexual y reproductiva, como embarazos no deseados, abortos inseguros y un riesgo mayor de contraer infecciones de transmisión sexual, inclusive la infección por el VIH, durante el coito vaginal.