Entre viernes y domingo, el accionar de los grupos criminales terminó con la vida de 67 personas en diferentes partes de El Salvador. La Policía Nacional Civil (PNC) atribuye los crímenes a miembros de maras y pandillas.
Las autoridades confirmaron el repunte de asesinatos en estos últimos tres días. Sin embargo, han sido contundentes en decir que este Gobierno no se prestará a negociar con grupos de maras y pandillas como ya se dio en el pasado.
“No estamos negociando con ninguna pandilla, porque no creemos que esa sea la solución a la violencia”, afirmó ayer Howard Cotto, director policial.
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Para Cotto la apuesta de los delincuentes por incrementar la violencia la llevan de perder, ya que a su criterio, al asesinar a personas no los hace ver fuertes.
“Lo que hacen las pandillas, no es el reflejo de una alta moral. No demuestran ser fuertes”, expresó.
La escalada de violencia ha cobrado vidas de personas civiles, policías, militares y la misma familia de estos que han sido asesinados con lujo de barbarie por criminales.
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Incluso, los atentados contra autoridades activó la alarma de emergencia el sábado, por lo que las jefaturas suspendieron al 100% las licencias a policías a miembros de la Fuerza Especializada de Reacción de El Salvador (FES), Grupo de Reacción Policial (GRP) y Unidad del Mantenimiento del Orden (UMO).
Luego de que un policía, un subsargento de la FAES y dos hermanos de un agente fueran asesinados en diferentes zonas. Además de varios ataques a policías quienes resultaron ilesos.
Viernes, sábado y domingo, desde muy temprano las autoridades fiscales y policiales reportaron hasta el mediodía entre 12 a 15 asesinatos.
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Sobre los hechos violentos contra autoridades
El agente Víctor Hugo Fuentes Retana, de 30 años quien estaba destacado en la subdelegación de Soyapango, San Salvador fue asesinado el sábado en el caserío Los Plantes de la colonia Santa Rita de Turín en Atiquizaya Ahuachapán.
Mientras que un subsargento de la Cuarta Brigada de Infantería de Chalatenango fue asesinado en Panchimalquito de Panchimalco. Fue identificado como José Antonio Martínez, quien era miembro de la Fuerza Armada de El Salvador.
Y en Chalchuapa, Santa Ana Víctor Manuel de Jesús García, de 48 años y Israel de Los Ángeles Mancía, de 50 años fueron asesinados. Ambos eran hermanos de un policía.
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