Kevin Eduardo García Valladares no soportaba los llantos de su hijastro, un niño de a penas 1 año y 10 meses. Cada vez que podía lo golpeaba, mientras la madre no se encontraba o estaba ocupada. El hecho ocurrió en Soyapango.
Según la investigación, García Valladares, miembro de la pandilla 18, se quedaba a cargo del bebé y de otro menor, de tres años.
La madre comentó que en varias ocasiones escuchó llanto con dolor, pero no entendía lo que sucedía. El pandillero, de 23 años le decía que el hermano de tres años lo empujaba de la cama, y lo botaba sobre los juguetes, causándoles golpes en el estómago.
Durante la noche del 31 de julio de 2016, la madre del niño escuchó que éste se quejó mientras dormía; al día siguiente se dio cuenta que no respiraba y no respondía, su cuerpo estaba “aguadito”, por lo que lo llevó al hospital, donde el médico pediatra de turno en Emergencias le manifestó que el niño estaba muerto, que había que llamar a Medicina Legal y la Fiscalía General de la República, ya que el cuerpo del niño presentaba muchos golpes.
Inmediatamente puesta la denuncia, la fiscalía capturó al padrastro y lo llevó a los tribunales acusado del delito de homicidio agravado.
Al realizar la autopsia, Medicina Legal determinó que el niño murió por politraumatismo contuso, con evidencia externa de trauma reciente: Múltiples traumatismos contusos en varias partes de su cuerpo; por lo que según investigación de campo se determinó que el pandillero fue quien causó los golpes al niño ahora fallecido.
Luego de presentada toda la evidencia, García Valladares fue condenado hoy a 30 años de cárcel por el Tribunal Primero de Sentencia de San Salvador.
