ISDEMU en alerta porque hay más casos de feminicidios en las zonas urbanas

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La directora del Instituto Salvadoreño para el Desarrollo de la Mujer (ISDEMU), Yanira Argueta, expresó que existe preocupación por el nivel de violencia que se está generando contra las mujeres, y no solo por eso, sino también porque la tasa más alta de asesinatos de mujeres se está dando en las zonas urbanas, es decir, las de mayor población.

Argueta dice que una muestra de que están atentando contra la integridad de la mujer es el caso de Diana Lisbeth Lemús García, la joven de 21 años asesinada junto a su hermana de siete años en Apopa, y quien mantuvo una relación con un pandillero que se encuentra en prisión. “A los delincuentes no se les hace nada”, expresó.

Sobre ese mismo caso, una niña fue secuestrada. Luego de investigaciones, la policía logró dar con su paradero. Otra mujer la tenía. Sin embargo, ni la Fiscalía ni la Policía capturaron a dicha mujer ni la protegieron como testigo. Horas más tarde también fue asesinada, lo que generó duras críticas a ambas instituciones.

Sin embargo, funcionarios del Gobierno culparon específicamente al Ministerio Público, a tal grado que aseguraron que la policía ya tenía total control del operativo. “No se que andaba haciendo el fiscal general ahí”, dijo Eugenio Chichas, secretario de comunicaciones del Gobierno, en el canal 10.

A la crítica se sumó la procuradora para los Derechos Humanos, Raquel Caballero, a tal grado que dijo que iniciaría una investigación, a lo que la Fiscalía le respondió por medio de un comunicado que “no adelantara criterio sobre la muerte de la mujer que cuidaba a la bebé”.

Para Argueta, la violencia más crítica la sufren las mujeres. Considera que las mujeres soportan más los diferentes tipos de violencia tanto social,  física, sexual, psicológica y emocional, donde la simbólica no queda fuera.

Ejemplifica que por primera vez se inició un proceso con la  Fiscalía por una valla publicitaria que contenían imágenes de mujeres semidesnudas  con el texto “Estoy disponible” en gran tamaño, lo cual constituía un mensaje ofensivo y denigrante en contra de las mujeres. Una valla que se considera como violencia simbólica.

La valla fue lanzada por un  empresario y donde era palpable  el delito de expresiones de violencia contra las mujeres, de acuerdo a lo contenido en la Ley Especial Integral para una Vida Libre de Violencia para Las Mujeres  (LEIV).

Argueta revela  que cuando hay mensajes así se promueve la violencia física, se promueven también los feminicidios, por lo que es necesario trabajar más por el que no se violenten los derecho de las mujeres.

Dijo estar positiva porque es la primera vez que se ventila en los tribunales del país un caso contra un empresario, quien a través de  vallas publicitarias colocadas en diversos puntos del gran San Salvador, (Mejicanos y Santa Tecla) utiliza la imagen de la mujer para denigrarla y ofenderla, lo que está catalogado como delito de expresiones de violencia contra las mujeres.

El proceso penal inició mediante aviso del ISDEMU, en mayo de año 2016, en el que se ponía bajo el conocimiento de la FGR la existencia de la campaña publicitaria antes mencionada.

Edecanes en carwash, ventas de repuestos y llanterías

Mariel Gómez, abogada de la rectoría Vida Libre de Violencia, explicó por su parte que la violencia simbólica es cualquier tipo de mensaje, signo valor donde se transmite dominación, desigualdad, discriminación, y naturalizan, esa inferioridad de la mujer. “La violencia simbólica es la que utiliza patrones estereotipados, mensajes , valores, íconos o signos”, ejemplificó.

Según dijo, la violencia simbólica es una forma de agresión que todavía resulta difícil de distinguir y percibir. “Es tan normal y naturalizada la violencia que no nos damos cuenta. Hace falta mucho para que ya no se fomente”, dijo.

Indica que la violencia simbólica naturaliza situaciones que no son naturales, como la violencia o la falta de respeto a las mujeres. “Se ve tan natural poner una mujer para vender un vehículo, llantas, en ese caso es utilizada como símbolo sexual”, expresa Gómez.

Argueta refiere  que con esto proceso se sienta un precedente, pero aunque no se ha tenido una resolución justa, todavía el proceso no se ha finalizado.

“Ahora estamos más informadas, pero debemos dejar de naturalizar la violencia contra las mujeres”, expresó Gómez

La Directora del ISDEMU explicó  que el ejercicio del acoso callejero en el imaginario considera que el cuerpo de las mujeres les pertenece y pueden hacer lo que quieran.

 

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