Nueva crisis política en Perú tras indulto a Fujimori

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El presidente peruano Pedro Pablo Kuczynski, que acaba de evitar su destitución, vive una nueva crisis ante la renuncia de congresistas afines y protestas populares, tras el indulto concedido al exgobernante Alberto Fujimori, que cumplía una pena de 25 años por delitos de lesa humanidad.

Las reacciones al indulto a Fujimori mostraron a un Perú polarizado, dividido entre los simpatizantes del fujimorismo y la indignación de sus detractores, desde cuyas filas se planea impugnar la medida ante tribunales internacionales.

“Lo sucedido no garantiza estabilidad, estamos avanzando hacia una nueva inestabilidad”, dijo a la AFP el analista Mirko Lauer.

El contexto de la decisión de Kuczynski, tres días después de evitar ser destituido por el Congreso acusado de mentir por no revelar asesorías a la empresa constructora brasileña Odebrecht, alimentó la furia del antifujimorismo.

El fracaso de la moción para destituir a Kuczynski el jueves pasado en el Congreso puso de relieve los desencuentros entre los hermanos Keiko y Kenji Fujimori.

Kenji Fujimori desobedeció la orden del partido que lidera su hermana y no votó por la destitución, sino que se abstuvo. Lo apoyaron otros nueve legisladores, lo que hizo fracasar la moción contra Kuczynski.

“Es evidente que ha habido un canje de vacancia presidencial (destitución) por indulto”, subrayó Lauer.

Esa percepción es la que encendió las protestas por el indulto a Fujimori.

La primera demostración masiva se vio cuando al menos unas cinco mil personas marcharon en Lima en rechazo al indulto y exigiendo la salida de Kuczynski.

“¡Fuera, fuera PPK!, ¡Fuera, fuera PPK!” corearon los manifestantes. La policía antimotines empleó sus bastones y lanzó gases lacrimógenos para dispersar a la nutrida marcha y evitar que se dirigiera hacia la clínica donde se encuentra hospitalizado Fujimori.

La represión dejó herido a un camarógrafo de la televisora estatal TV Perú, quien fue golpeado por la policía. El periodista se halla estable y sometido a exámenes médicos en una clínica, informó el presidente de la televisora, Hugo Coya, en su cuenta de la red Twitter.

Fujimori internado

Fujimori, de 79 años, pasó su primera noche en libertad hospitalizado en la unidad de cuidados intensivos de la clínica peruano japonesa, donde se halla desde el sábado por una arritmia cardíaca y baja de presión.

Ahí permanecerá hasta que se recupere y pase una serie de exámenes, según su médico de cabecera, Alejandro Aguinaga.

“El alta (hospitalaria) dependerá de la evolución y, como consecuencia de ello se tomará una decisión”, aseguró a la AFP Aguinaga. Mientras, decenas de fujimoristas se manifestaron este lunes frente a la clínica en apoyo al expresidente.

Las repercusiones del indulto afectarán al poderoso partido populista Fuerza Popular, de Keiko Fujimori, cuyo liderazgo es cuestionado por su hermano Kenji, que no comparte su frontal oposición al gobierno.

“Kenji está avalado por su padre y tienen agradecimiento a Kuczynski, mientras que Keiko sigue furiosa por su derrota electoral. Vibra una política de alianza con el gobierno impulsada por Fujimori padre”, señaló a la AFP el analista Fernando Rospigliosi.

Kuczynski indultó y otorgó una gracia presidencial el domingo a Fujimori en base a un informe de una junta médica.

El informe médico “ha determinado que el señor Fujimori padece de una enfermedad progresiva, degenerativa e incurable y que las condiciones carcelarias significan un grave riesgo a su vida, salud e integridad”.

Pedirán nulidad

El indulto provocó el rechazo de familiares de 25 víctimas asesinadas por escuadrones de la muerte del ejército durante el régimen de Fujimori. Ese caso fue el que lo llevó a la cárcel.

Los familiares sostienen que recurrirán a la Corte Interamericana para pedir que se anule el indulto.

“No es posible indultar esos crímenes” de lesa humanidad, resaltó Carlos Rivera, abogado de las víctimas.

Fujimori conserva popularidad pese a los abusos cometidos durante su régimen, pues muchos valoran que haya logrado derrotar a las guerrillas de Sendero Luminoso y el MRTA y estabilizar la economía del país tras la crisis de hiperinflación de 1990.

Según recientes sondeos dos de cada tres peruanos (65%) están a favor de indultar a Fujimori.