La Iglesia Católica pidió este viernes al gobierno de Venezuela que se suspenda la Asamblea Constituyente hasta que “se creen las condiciones para una solución negociada”.
El Vaticano se pronunció, un poco tarde según analistas, sobre la grave situación que vive el país sudamericano, apelando a una carta de la Secretaría de Estado del 1 de diciembre de 2016 en donde se delinean las condiciones para un proceso de diálogo entre el oficialismo y la oposición, que no fructificó.
Luego del fracaso de las negociaciones impulsadas por el Vaticano, no hubo pronunciamientos fuertes sobre la grave crisis que se agudizó desde principios de abril de este año que ya ha costado la vida a al menos 150 personas, el arresto de miles y el encarcelamiento de opositores políticos. Tampoco la Santa Sede se había pronunciado sobre el tema de la Asamblea Constituyente.
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“La Santa Sede manifiesta nuevamente su profunda preocupación por la radicalización y el agravamiento de la crisis en la República Bolivariana de Venezuela, por el aumento de los muertos, de los heridos y de los detenidos. El Santo Padre, directamente y a través de la Secretaría de Estado, sigue de cerca dicha situación y sus implicaciones humanitarias, sociales, políticas, económicas e incluso espirituales. Asimismo, asegura su constante oración por el País y por todos los venezolanos, mientras invita a los fieles de todo el mundo a rezar intensamente por esta intención”, dice el comunicado emitido este viernes.
El pronunciamiento llegó apenas unas horas antes de que comenzara la instalación de la Asamblea Nacional Constituyente, elegida en unas elecciones cuestionadas por la oposición y una mayoría de países, con lo que se anulará a la Asamblea Nacional elegida en diciembre de 2015 y que cuenta con mayoría de la oposición.
