Los publicistas João Santana y su esposa Mónica Moura fueron condenados a cinco años de prisión por el delito de lavado de dinero, aunque solo cumplirán cuatro años y medio por colaborar con la justicia.
De lo que fueron absueltos por el juez Sergio Moro es de los crímenes de corrupción.
El matrimonio fue condenado a un régimen cerrado, inicialmente, por 160 días, descontando seis meses que ya cumplió en 2016. Después, serán cuatro años de prisión domiciliaria, con uso de un dispositivo electrónico.
El hombre fuerte de los gobiernos de Luiz Inácio “Lula” da Silva y Dilma Rousseff, el exministro Antonio Palocci, quien pasará 12 años y dos meses en prisión.
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Palocci, de 56 años y detenido desde septiembre pasado, fue hallado culpable de haber negociado “sobornos entre el grupo Odebrecht y agentes del Partido de los Trabajadores (PT, izquierda)”, según la sentencia emitida por el juez de primera instancia Sergio Moro de Curitiba (sur), que trata también las denuncias contra Lula. Según el fallo, el exministro participó del pago ilegal y posterior lavado de más de 10 millones de dólares para financiar campañas políticas.
El 13 de junio pasado, el fiscal general Douglas Meléndez aseguró que según información de las autoridades brasileñas, el expresidente Funes recibió “algunos millones de dólares” para su campaña. “No han confirmado montos, sí nos hablan que son algunos millones”, externó a los medios de comunicación.
En mayo pasado, el diario Folha de Sao Paulo dijo que en Brasil el testimonio judicial, conocido como delación premiada a cambio de reducir sus condenas, de Joao Santana y su esposa, que trabajaron y financiaron la campaña del expresidente Mauricio Funes.
Ya en abril, Mónica Moura, esposa del publicista brasileño y asesor de campaña Joao Santana, declaró ante el juez federal de ese país, Sergio Moro que Odebrecht pagó las campañas electorales dirigidas por su marido en El Salvador, Panamá, Venezuela, y Angola.
Santana, de acuerdo con la declaración, aceptó el trabajo a petición del entonces presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva. “Era una campaña pequeña, muy difícil de ganar, un desafío profesional por el que se cobró un valor bajo”, aseguró.
