En medio de las tragedias siempre se conocen hechos que devuelven la esperanza en los seres humanos. Dos hombres sin hogar son considerados héroes, luego de que se conocieran sus historias por ayudar a víctimas del atentado terrorista durante un concierto de la cantante Adriana Grande en Manchester, Inglaterra, Reino Unido.
El diario The New York Times recoge declaraciones de Chris Parker y Stephen Jones, dos “sin hogar” que se encontraban en las cercanías del Manchester Arena cuando el lunes ocurrió la explosión que mató a 22 personas e hirió a 59.
Parker, de 33 años, se encontraba pidiendo dinero afuera del lugar del concierto cuando ocurrió la explosión. La fuerza de la explosión lo tumbó, pero pudo ponerse en pie. Pero en lugar de correr, decidió ir ayudar a las víctimas.
Lo primero que hizo fue confortar a una niña que había perdido las piernas, envolviéndola en una camiseta. Luego arrulló en sus brazos a una mujer mayor, que desafortunadamente murió en sus brazos, según testimonios recogidos por varios medios ingleses.
Dijo que a pesar del humo, logró ver a la pequeña, a quien preguntó dónde se encontraban sus padres. “Mi papá está en el trabajo, mi mamá está por allá arriba”, fue citado al contar lo ocurrido.
Jones, por su parte, comentó que extrajo clavos de los rostros de varios niños. “Solo por el hecho de ser un desamparado no significa que no tenga corazón o que no sea un ser humano”. “Eran muchos niños por todos lados cubiertos de sangre, gritando y llorando”, relató.
Luego de que se conocieron sus acciones, se inició una campaña de recolección de fondos en internet a favor de Parker. Temprano el miércoles ya se habían recogido 30,000 libras esterlinas, unos 40,000 dólares. Otro esfuerzo similar a favor de Jones fue iniciado en el sitio Just Giving y la cantidad recogida era similar.
En el caso de Parker, la tragedia en el Manchester Arena le ayudó a que su madre lo reconociera. “Este es mi hijo y estoy desesperada por hablar con él. No sabía que estaba desamparado. Estoy muy orgullosa de él y creo que me necesita”, dijo su madre.
El atentado fue cometido por Salman Abadi, un joven de 22 años nacido en el Reino Unido y cuyos padres son refugiados libios. Abadi hizo explotar un artefacto explosivo casero, que esparció clavos y otros objetos metálicos, con el propósito de causar el mayor daño posible.
