Macron nombra al conservador moderado Édouard Philippe como primer ministro

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Previo a su viaje a Berlín, Alemania, el nuevo presidente de Francia, Emmanuel Macron, nombró este lunes primer ministro a Édouard Philippe, alcalde de la ciudad portuaria de Le Havre y miembro del ala moderada de la derecha francesa. Macron intenta atraer con este nombramiento a la corriente de los republicanos afín al ex primer ministro Alain Juppé, a la que pertenece Philippe.

Philippe, de 46 años, un rostro nuevo en la política nacional, sustituye al socialista Bernard Cazeneuve, poco conocido por el gran público pero con la experiencia ejecutiva de dirigir una ciudad de 175,000 habitantes desde 2010. También es diputado desde 2012.

“En Francia odiamos los partidos. Pero la democracia no existe sin ellos”, escribió Philippe en uno de sus artículos de campaña en Libération. Y añadió, en una frase premonitoria: “Sin ellos, podría ser que los zorros que merodean en torno al gallinero socialista no se detuvieran ahí”.

El nuevo primer ministro cumple con varios requisitos que Macron buscaba en quien dirija el día a día del trabajo gubernamental. Ejemplifica el cambio generacional que el presidente, de 39 años, representa mejor que nadie. También la apertura transversal, más allá de las divisiones entre izquierda y derecha.

Philippe dio sus primeros pasos políticos en el ala socialdemócrata del Partido Socialista inspirada por el fallecido Michel Rocard, uno de los modelos del propio Macron. Después empezó a colaborar con Juppé, a quien ayudó a fundar la UMP, antecedente de Los Republicanos, el gran partido de la derecha tradicional. Como Macron, tiene experiencia en el sector privado.

El nuevo ministro es autor de varios libros y con un estilo afilado, Philippe definió hace unas semanas a Macron como “el representante emblemático del sistema”. Lo escribió en el diario de izquierdas Libération, donde publicaba una columna sobre la campaña. En otros artículos se burló del endiosamiento de Macron y de su retórica a veces mística. (“En estos momentos camina sobre las aguas. Cura a los ciegos, multiplica los panes, extiende la buena palabra”), o de su inexperiencia (“¡Reivindica su inmadurez! El país debe elegir a un capitán de barco ante una tormenta, y Macron nos dice: ‘Soy la persona adecuada: nunca he subido a un barco pero he visto muchos'”).

Aliarse con Philippe, formado como Macron en la elitista Escuela Nacional de Administración, tiene un beneficio para el presidente con vistas a las legislativas del 11 y el 18 de junio: puede precipitar un trasvase de candidatos y diputados de los republicanos hacia el movimiento del presidente para lograr una mayoría en la Asamblea Nacional. Se trata de personalidades afines a Juppé, que además de primer ministro fue ministro de Exteriores, y es la figura más destacada de la derecha moderada. El moderado Juppé perdió las primarias de la derecha ante François Fillon, candidato del ala más conservadora de Los Republicanos.

Más allá de las legislativas, Philippe permitirá a Macron ejecutar una políticas que combinan liberalismo económico con recetas de la socialdemocracia nórdica.

La coalición de Macron con el juppéismo completaría la alianza la coalición de Macron con el centroizquierda socialista. El fenómeno Macron ha acelerado la crisis del PS. Ahora puede agravar las divisiones de Los Republicanos.