Richard Field, de 49 años y Lina Bolaños, de 38 años, pareja —ambos reconocidos médicos de Boston— fueron asesinados en su apartamento de lujo. Sus cadáveres fueron encontrados maniatados y habían sido degollados. Había sangre por todas las habitaciones.
Bampumim Teixeira, el supuesto asesino con la tarjeta de seguridad que le dio ingreso al exclusivo complejo de apartamentos, irrumpió la vivienda sin que Field y Bolaños pudieran darse cuenta de que algo raro ocurría.
Fue hasta que Field escuchó un ruido extraño y al percatarse de que un extraño había ingresado a la casa, envió un mensaje a un amigo en el que le advertía que alguien armado había entrado en su apartamento del piso 11 del lujoso complejo.
Horas después, los cuerpos de ambos fueron encontrados por un equipo SWAT.
Familiares y amigos de la pareja indicaron que no había relación entre ambos. Sin embargo, la Policía -en estricto off the record– señaló lo contrario, aunque no dio mayores precisiones. Sin forzar absolutamente nada, el asesino consiguió entrar con las tarjetas de acceso y las llaves a cada rincón del complejo. Alguien debió darle esos pases.
Teixeira cumplió además cortó las fotos de la pareja, las distribuyó por toda la vivienda y dejó un mensaje de retribución en la pared, según consignó el diario The Boston Globe.
El asesino escapó del edificio pero fue detenido durante un operativo policial desarrollado en la avenida Dorchester. Fue herido y detenido de inmediato bajo los cargos de doble homicidio.
Según los antecedentes, los investigadores pudieron determinar que el sospechoso había estado en prisión hasta hacía muy poco por el intento de robo de un banco.
Teixeira nació en Guinea y fue criado en Cabo Verde por un tío. Junto con él se mudaron a Boston hace diez años. Comenzó a trabajar en una empresa de seguridad, pero su vida dio un vuelco, según contó una ex novia, quien no fue identificada. Hace dos semanas, luego de que cumpliera nueve meses en prisión por el intento de robo a un banco, Teixeira la llamó. “No soy una buena persona”, fueron sus palabras. Y cortó. No se imaginó hasta qué punto decía la verdad.
