EL SALVADOR.- El presidente de la República, Nayib Bukele, ordenó hoy a las empresas cortar y/o bloquear por completo la señal en los penales del país con el fin de evitar que se continuen ordenando hechos delictivos desde el interior de las cárceles.
“Las empresas de telefonía tienen 72 horas para cortar y/o bloquear por completo la señal en los penales” fue la orden y el plazo que el mandatario dio a través de sus redes sociales.
Dijo además que “No puede ser que después de tantos años diciendo que lo estaban haciendo, hoy vienen y aceptan que no era, ni por cerca, el 100%”.
Esta mañana el Gabinete de Seguridad del Gobierno y la Superintendencia de Electricidad y Telecomunicaciones (SIGET) exigieron a las empresas telefónicas que cumplan con el bloqueo de la señal en los centros penales.
“Le hemos pedido a las empresas telefónicas de manera contundente que en 72 horas no debe existir ninguna señal, tanto de datos como de llamadas desde los centros penales”, aseguró el ministro de Justicia y Seguridad, Rogelio Rivas.
Durante el encuentro los funcionarios fueron enfáticos con los ejecutivos de Claro, Tigo, Telefónica y Digicel, que desde los centros penales han continuado saliendo órdenes para cometer extorsiones y otros ilícitos, por lo que es imperativo que las empresas acaten las disposiciones.
“Las empresas nos dieron el informe que en los centros penitenciarios hay señal y los privados de libertad pueden realizar llamadas”, añadió el ministro.
Esta medida es parte del plan de seguridad, denominado Plan de Control Territorial, revelado el martes pasado por el presidente Bukele para atacar de forma frontal al crimen organizado. Este plan incluye la recuperación de los territorios, el control de los centros penales, la interrupción del financiamiento del crimen organizado y el fortalecimiento de los cuerpos de seguridad.
El miércoles, la Dirección General de Centros Penales, dependencia del Ministerio de Justicia y Seguridad, ordenó que se suspendiera el uso de las cabinas telefónicas desde los centros penales para cortar la comunicación de los reos hacia el exterior.
