Formula 1 _ Australia , Cualquiera que tenga la suerte de poder visitar Melbourne deberá tener en cuenta que la temperatura ambiente oscila una auténtica barbaridad a lo largo de las 24 horas, por lo que se la conoce popularmente como la ciudad de las cuatro estaciones en un día.
Parte de culpa de esa imprevisibilidad la tiene el viento que llega procedente de la Antártida, que obliga al turista a cargar con varias piezas de ropa, simplemente por si acaso.
Esas ráfagas simbolizan de maravilla la contundencia con la que Charles Leclerc se ha paseado este domingo por el Albert Park, en el regreso del Mundial de Fórmula 1 a Australia después de tres años.
La ligereza de esas corrientes es la misma que la del Ferrari del monegasco, líder destacado del campeonato tras sumar su segundo triunfo en los tres grandes premios disputados, este de forma inapelable.
Él solito se las ha apañado para abrir un hueco de más de seis segundos antes del apagón del motor del Red Bull de Max Verstappen en la vuelta 39, cuando el holandés circulaba el segundo pero sin poder ni siquiera soñar en la posibilidad de echarle el lazo al incuestionable dominador de este arranque de temporada.
Leclerc logró en Melbourne su primer Grand Chelem, el término que se emplea para reconocer a quien se impone tras partir desde la pole, comandar todas las vueltas y, además, adjudicarse la vuelta rápida. Una combinación que Ferrari no encadenaba desde que lo hizo Alonso en el Gran Premio de Singapur de hace 12 años (2010).