La silla vacía: ¿Cómo afrontar el duelo en Navidad?

El duelo es un proceso que tiene fecha de caducidad. Así pues, date la oportunidad de vivir un diciembre diferente en el que el actor principal no sea el dolor o sufrimiento.

0
540

El año 2021 que está llegando a su fin y todos en algún momento quizás perdimos algo muy significativo. Algunos han encontrado herramientas personales para sobreponerse o adaptarse, pero otros, por el contrario, han acudido en busca de ayuda para superar el suceso.

El fallecimiento de un familiar, terminar una relación de pareja o amistad, la pérdida de capacidades cognitivas y/o físicas causadas por enfermedades o accidentes; o también haber perdido una mascota, algún objeto, bienes o posesiones son pérdidas que a veces suelen ser difíciles de sobrellevar. 

El duelo es la respuesta emocional humana única, universal y dolorosa que se produce ante la pérdida de una persona, cosa o valor con el que previamente se había establecido un vínculo afectivo. Es un proceso de adaptación que conlleva cualquier pérdida significativa.

Quien experimente el duelo puede sentir que se está enfermando porque se presentan síntomas físicos, conductuales, emocionales y cognitivos como: sensación de opresión en el pecho, hipersensibilidad al ruido, sensación de estar viviendo un sueño o que no soy quien vive esta realidad; palpitaciones; falta de energía, dolor de cabeza; puede haber disminución del apetito y del sueño; sentir que se olvidan las cosas, se está distraído o hay dificultad para concentrarse.

¿CÓMO AFRONTARLO EN NAVIDAD?

Diciembre, es reconocido por ser el período del año de mayor felicidad y celebración. Sin embargo, para algunos es un tiempo de tristeza, nostalgia, oscuridad, de querer desaparecer para no tener que aparentar o hacer un esfuerzo sobrehumano para conectarse con la alegría extrema; llevando a que quien vive un momento así se cuestione ¿Qué puedo hacer para vivir esta época navideña y de fin de año con menos dolor?

La Dra. Ximena Góngora Torres comparte algunas recomendaciones:

  1. La aceptación: aceptar que se vive un momento personal difícil sin que genere autoreproches, autojuzgamientos o autocuestionamientos, de tal forma que desde la aceptación se reconozca que esta situación va a ser por tiempo limitado y va a permitir vivir estas fechas no iguales a como eran con la presencia del ser querido, sino con otra mirada, incluyendo la alegría, el amor y la esperanza como invitados nuevamente de estas fiestas.
  2. Honrar al ser querido que ya no se encuentra presente. No desde el sentimiento de vacío que ha dejado su ausencia sino desde la GRATITUD por el tiempo compartido, las experiencias vividas, el amor demostrado y especialmente por el lugar importante que ocupa el otro ser en tu vida.
  3. Busca compartir las novenas, la noche de Navidad y de Año Nuevo con los seres queridos y/o amigos; planear las cenas o actividades que les gustaría hacer, recordando siempre que tu disfrute es parte de honrar a quien ya no se encuentra contigo.
  4. Expresar las emociones: no restrinjas, ya que manifestar lo que sientes en momentos como estos, es honrarte a ti mismo y fortaleces tu amor propio.
  5. En la noche de celebración o en el transcurso del día puedes hacer algún rito que sea el símbolo del recuerdo y presencia de tu ser querido.
  6. Realizar actividades físicas como caminar, practicar yoga, meditar o hacer ejercicio.
  7. Cultivar la espiritualidad
  8. Acude a un profesional: si sientes que es una situación que te sobrepasa no dudes en buscar ayuda profesional.

Por ningún motivo te automediques, ni busques un refugio en el alcohol o drogas, eso solo va a llevar a que anestesies tu dolor y sentimientos por un momento, luego aparecerán de nuevo, incluso hasta con mayor intensidad.  

Tampoco te obligues a hacer cosas por darle gusto a familiares o amigos,  i tienes la necesidad de tener momentos a solas, tómalos y luego vuelve a unirte a la celebración.

Recuerde que el duelo es un proceso que tiene fecha de caducidad. Así pues, dase la oportunidad de vivir un diciembre diferente en el que el actor principal no sea el dolor o sufrimiento, sino tener la posibilidad de resurgir y tener experiencias nuevas disfrutando la vida y recordando el legado de quien ha partido de nuestro lado.