“No se veía que fueran mañosas pero (‘con cuchilla’) ya me habían abierto la cartera”

El caso ocurrió en un bus de la ruta 52 a tempranas horas del día, cuando la víctima iba a ponerse la vacuna contra el Covid-19.

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Imagen de referencia

EL SALVADOR.- Abordar un bus, caminar por las calles, salir al centro de San Salvador o a cualquier otro lugar por el motivo que sea, son actos muy comunes del día a día pero que para muchos significan cierto temor.

Aunque son actividades cotidianas, representan peligros a los que todos se exponen pues al lado de quienes con esfuerzo salen de sus casas en busca de una mejor vida, también salen aquellas personas que buscan hacer un daño a quien encuentren a su paso, como le sucedió a una ama de casa cuando se dirigía a ponerse la vacuna contra el Covid-19.

Por seguridad la llamaremos doña Mary, una madre soltera que salió muy temprano de su vivienda rumbo al Hospital El Salvador pues según comentó, le tocaba su segunda dosis de la vacuna AstraZeneca, acatando las indicaciones de las autoridades del Salud del país que han llamado a la población a vacunarse por la emergencia ante el coronavirus que ya ha provocado más de 4 millones en el mundo.

Sin embargo, en su camino hacia el hospital le sucedió algo que nunca antes había vivido, pero agradece a Dios estar con bien y no haber perdido algo de valor que tenga que reponer.

Con su sonrisa y la amabilidad que la caracteriza, pero a la vez desconcertada, doña Mary comenta que en el centro de San Salvador abordó un bus de la ruta 52 que “iba muy lleno” pues el reloj apenas marcaba las 8:00 a.m. y era la hora en que muchas personas se dirigían hacia sus trabajos.

“Había bastante gente y todos iban en la puerta y yo me subí y me quede prácticamente en la puerta y lo peor es que me quedé con la espalda para la puerta y ahí iban tres mujeres cabal como cubriendo la puerta” comenta.

En tan solo unos pocos kilómetros de trayecto, doña Mary iba tranquila pues incluso platicó con una de las mujeres pero recuerda que en algún momento del trayecto sintió que le halaron su cartera y ella trató de sostenerla porque “pensé que era por el montón de gente que íbamos ahí”.

Cuando ya estaban por llegar a la parada de los juzgados, en el Centro Judicial Isidro Menéndez, las tres mujeres jóvenes entre los 25 y 30 ó 35 años de edad, dijeron que se iban a bajar en la siguiente parada; doña Mary dice que no pensó que fueran “mañosas”.

Las mujeres se bajaron y doña Mary siguió su trayecto con normalidad hasta que pudo estar más cómoda y notó que su cartera había sido cotada al parecer con una cuchilla para despojarla de sus pertenencias.

“Ya me habían abierto la cartera, me imagino que con una cuchilla. Iban bien vestidas, no se veía que fueran mañosas” comentó sorprendida.

Bolso de doña Mary de donde las delincuentes solo lograron extraer una cosmetiquera.

Afortunadamente, de su bolso solo pudieron extraer una cosmetiquera y una loción que ya poco líquido tenía asegura doña Mary, pues el poco dinero que llevaba y su celular iban en otro lado.

Doña Mary advierte a las personas que viajan a diario en las unidades del transporte de tener más cuidado de sus pertenencias cuando se “amontona la gente” en los buses. Asegura que en un dado momento incluso sintió miedo de caerse de la unidad al no poder agarrarse bien por la cantidad de personas y dado que iba casi en la puerta y esas incomodidades son las que las personas con malas intensiones aprovechan para hacer de las suyas.

“Esas mujeres iban bien vestidas, no parecía que tuvieran necesidad de robar ni que fueran mañosas pero eran las únicas que iban ahí como cubriendo la puerta para que nadie más pasara” comenta.