Historias que llegan al corazón: Tres veces más mamá

Doña Maribel ha sido madre para un recién nacido al que iban a abandonar, una niña a la que intentaron abortar y un bebé que se quedó sin su madre al nacer.

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EL SALVADOR.- La Real Academia Española define la palabra “Madre” como aquella “mujer que ha concebido o ha parido a uno más hijos”, este término también es atribuido a una mujer precisamente por sus cualidades de madre, por ese carácter protector y afectivo que hace que amen sin límites a seres que las necesitan, para quienes ellas (mamá), lo son todo en la vida.

Un 10 de mayo es una buena oportunidad para ver a muchas mamás que son dignas de admirar por sus cualidades y por ese gran papel que desempeñan, muchas veces sin darse cuenta. Ellas son ¡Madres por amor!, mujeres que vienen cargadas de tanto para dar, tanto para proteger, aún cuando no han sido quienes dieron a luz porque no hay un límite para ser una mamá. Ese es el caso de doña Maribel, una mujer con una gran historia que confirma el verdadero significado de que es “ser mamá”.

Su voz es suave, aunque algunas veces se enoja y parece que su voz cambia; sin embargo eso no opaca que ella siempre es dulce. Doña Maribel tiene 63 años, enfermedades como la artritis le han ido deformando una pierna y eso ya le imposibilita caminar mucho, esa ha sido una de las mayores dificultades de los últimos años aunque no una excusa para ser mamá. Ella ha dedicado más de la mitad de su vida a ser mamá aún sin haber sido quien dio a luz. Tres veces más mamá movida por a esa gran capacidad de amar que Dios puso en su corazón.

Hace más de 32 años doña Maribel comenta que tenía ya dos hijos: Henry y Yamileth, en un hogar humilde como cualquier otro, pero eso si, con temor a Dios pues junto a su esposo, don Félix, asistían a la iglesia. Pero un buen día, la vida trajo la oportunidad y a la vez el desafío de ser madre una vez más y dar ese amor que Dios había puesto en su corazón.

En su historia hay tres personas que la llaman mamá sin que ella los haya dado a luz. Los caso son: el de un recién nacido al que iban a abandonar, el de una niña a la que intentaron abortar en reiteradas ocasiones y el de un bebé que se quedó sin su madre al nacer.

Un hijo que le entregaron en sus manos el día en que nació

Viviendo en Chalchuapa departamento de Santa Ana donde alquilaban una humilde vivienda, un día sin que doña Maribel lo esperara, una mujer le ofreció a su hijo recién nacido. El ofrecimiento llegó el mismo día en que el bebé había nacido. Ella como era de esperar, le dijo a la mujer que le preguntaría a su esposo para ver si estaba de acuerdo para que pudieran tomar al niño, sin embargo, en el mismo momento la mujer amenazó que si ella no agarraba al niño, en ese mismo momento “lo iré a dejar a la puerta de un lugar en una cajita”.

Sin pensarlo dos veces, doña Maribel recuerda que le dijo a la mujer “no, entonces démelo”. Ese día ella llegó a su casa con el nuevo integrante de la familia. Poco después ella misma relata que Dios les reveló el nombre que el pequeño debía llevar pues cuando se lo entregaron aún no había sido asentado en la alcaldía. Doña Maribel y su esposo realizaron los trámites que eran necesarios y así recibieron al bebé en su hogar.

“Era super chiquitito y parecía que se iba a morir” recuerda doña Maribel. Su suegra incluso le decía “cosas” por haber aceptado al niño, sin embargo ella dice que a todo eso ella no le tomó importancia pues se encariñó mucho del bebé.

“Gracias a Dios se crio. Yo me lo llevaba para el trabajo cuando estaba pequeño y mi jefa a veces hasta me ayudaba con cositas e incluso con su alimentación” recuerda.

Para ellos la situación era difícil, pero Dios siempe bendecía el hogar y especialmente al niño asegura doña Maribel, habían ocasiones en que los hermanos de la iglesia donde se congregaban les ayudaban con botes de leche Ceteco. “De bebé era super comelon” recuerda entre risas, el bote más grandede leche solo le duraba 8 días, a veces estos botes de leche los pagaba poco a poco.

El niño creció, comenzó sus estudios, aprendió a tocar instrumentos, algo que le apasionaba, pero al cumplir los 12 años, una nueva oportunidad de ser mamá por amor llegó otra vez a doña Maribel.

La vida”, un regalo para una nieta que se convirtió en hija, que Dios quiso que naciera

Como los años habían pasado, Henry y Yamileth los dos hijos que doña Maribel había dado a luz habían crecido e iniciaron sus vidas. Llegaron los nietos de doña Maribel. Su nuera, la pareja de Henry quedó embarazada, pero para ella esta no había sido una agradable noticia, la mujer en reiteradas ocasiones intentó abortar a una niña que llevaba en su vientre.

Doña Maribel se enteró de lo que sucedía pues la mujer hacía todo lo que estaba en sus manos para provocarle la muerte a la bebé “buscaba que se le viniera o que naciera muerta” recuerda.

Al ver todo eso, doña Maribel estuvo al pendiente de la joven, pues estaba embarazada de su nieta. “Era mi sangre… y el era plan de Dios fue que pudiera nacer porque esa mujer hizo todo lo que pudo para abortarla” narra.

Según doña Maribel, cuando llegó el momento de dar a luz, ellos no se dieron cuenta por la mujer sino porque del hospital les llamaron para informarles que la bebé había nacido pero la madre la había dejado abandonada ahí. La mujer había intentado sacar a la recién nacida supuestamente para darla en adopción pero con papeles falsos “gracias a Dios eso no fue así” expresa doña Maribel.

“Cuando llamaron del hospital nos dijeron que fuéramos por la niña y yo sin dudarlo fui y dije que estaba dispuesta a criar a la niña. La psicóloga me hizo una prueba, me dijo que agarrara a las niña en mis brazos y que le dijera que sentía. Cuando yo la agarré en mis brazos, la psicóloga dijo que parecía que la niña ya tenía tiempos de conocerme y me dijo que era claro que llevaba mi sangre” recuerda entre lágrimas doña Maribel junto a su nieta quien ahora tiene 20 años, estudia Derecho en la Universidad de El Salvador y obtiene excelentes notas.

Doña Maribel es todo para su nieta. Se ven como mamá e hija, hablan todo el tiempo, rien juntas y todo lo hacen tomada de la otra la una de la otra.

Su nieta manifiesta sentirse “super orgullosa” de su mamá (doña Maribel). “Para mi tengo a la mejor mamá del mundo con el corazón más noble y bondadoso, para mi ella es todo y lo más valioso que tengo en la vida” expresa la nieta de doña Maribel.

Foto cortesía: Doña Maribel junto a su hijo y nieta..

14 años después de una nieta, otra oportunidad de ser mamá

Hace seis años, cuando la nieta de doña Maribel recién había cumplido 14 años, un nuevo integrante llegó a la familia. Doña Maribel ya rondaba los casi 60, además de algunas dificultades de salud.

Su hijo que le habían entregaron en brazos hacía años también iba a ser padre. El joven junto a su novia esperaban un bebé pero una noche, la joven presentó problemas graves de salud y tuvo que ser ingresada de emergencias. Debido a la gravedad el bebé tuvo que nacer antes de lo esperado pues los médicos dijeron que de no ser así, tanto la madre como el niño corrían el riesgo de morir.

El niño nació prematuro (a los 7 meses), pesaba solamente dos libras, “era pequeñito y blanquito, blanquito” recuerda doña Maribel. Su madre murió días después.

La situación era triste, el bebé había quedado sin su madre y las posibilidades de vida eran pocas. Sin embargo, a los 33 días de nacido, él bebé estaba listo para ser llevado a casa, pero ¿hacia donde iría? El hijo de doña Maribel le preguntó “estas dispuesta a ayudarme con el niño”, y ella una vez más dijo si.

Desde ese momento doña Maribel tomó en sus brazos al bebé, fue quien se desveló con él cada año para cuidarlo. El niño ahora de 6 años la llama mamá, y aunque tanto él como su padre no llevan la misma sangre de doña Maribel, ella es su madre.

A doña Maribel le cuesta poder caminar, se le dificultan algunas cosas, pero lo que nunca se le ha dificultado es ser mamá y dar amor. Los tres la llaman mamá y ella cuida de ellos como lo que son para ella: ¡sus hijos!.

“La amo con todas la fuerzas de mi corazón, es la mejor y tiene toda mi admiración, es mi mayor orgullo y lo más valioso que tengo en el mundo, es mi todo y por eso la amo” expresa la nieta de Doña Maribel reconociendo el amor que han recibido sin condición de ese ser al que llaman “mamá”.

Historia como la de doña Maribel hay muchas en el país, mujeres que han decidido ser madres y dar todo de si, mujeres que cuidan de sus nietos que por diferentes razones están a su cargo o porque simplemente ayudan a sus hijos e hijas, ellas nunca dejan de dar amor porque Dios las llenó de sentimiento tan grande. A todas ellas ¡Feliz Día de las Madres!.