Este sábado se conmemoran 34 años del terremoto de 1986 en San Salvador.
El terremoto ocurrió ese 10 de octubre de 1986, cuando el reloj marcaba 11.49 de la mañana, un sismo cuya magnitud fue de 5.7 y que de manera repentina sacudió el área Metropolitana en mayor medida.
Un sismo que estuvo ubicado a unos siete kilómetros al sur este de la capital, entre la zona de San Marcos y Santo Tomás.
Un terremoto considerado como de los más destructivos de la historia de la capital de El Salvador por las 1,500 personas fallecidas, 10 mil heridos y los 200 mil damnificados, entre otros daños que generó por la poca profundidad y cercano a lugares poblados.
Los daños ocasionados fueron en el centro de la capital siendo el edificio Rubén Darío el principal ejemplo de la tragedia y causando destrucción en barrios como Santa Anita, San Jacinto, Candelario y Reparto Santa Marta.
El terremoto por ser de alta frecuencia y sacudida intensa que no superó los 10 segundos afectó construcciones bajas, casas de bahareque, adobe, antigüedad notable así como los edificios que habían sido debilitados por el terremoto de 1965 y mal diseñados.
Bastaron cinco segundos para que en San Salvador se impregnara el aire de dolor al ver tantas personas muertas tiradas en las calles y donde las nubes de polvos por un momento ocultaron la decapitación del Salvador del mundo, así como 41 niños inocentes morían en la Escuela Santa Catarina. Muchas historias surgieron de esta fecha que ahora se recuerda con dolor.
