Tres adolescentes se turnaron para dispararle a un sorbetero y asesinarlo en Santa Ana

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Daniel Mendoza, un conocido sorbetero de la zona llamada el Aguacate o Cruzadilla, en Santa Ana, pasó por el lugar equivocado. Mientras se ganaba la vida vendiendo sorbetes de carretón, un grupo de criminales lo interceptó y lo amenazó con corvos. Mendoza sacó un arma para defenderse, pero no logró hacerlo.

Un adolescente de 15 años, sacó un arma y le asestó un tiro en el abdomen. Luego dio el arma al otro adolescente para que también le disparara. Por eso, Edwin N. y Benito N. fueron capturados posteriormente. Mientras que “el Tigre”, el tercer adolescente involucrado, no pudo ser atrapado y se encuentra prófugo.

La Unidad  Penal Juvenil de la oficina de la Fiscalía General de la República (FGR)  de Santa Ana informó que el Juzgado Segundo de Menores de esa ciudad encontró penalmente responsables  a Edwin N. y Benito N.,  ambos miembros activos de la pandilla 18 Revolucionarios, del homicidio agravado en grado de coautores en perjuicio de Daniel Mendoza.

El hecho sucedió el 27 de septiembre de 2015 en el lugar conocido como el Aguacate o Cruzadilla, del cantón Flor Amarilla, de la jurisdicción de Santa Ana, al occidente de El Salvador.

En la relación de los hechos consta que cuando el testigo protegido con clave “Europa” se desplazaba por el lugar antes detallado, se escondió entre unos arbustos al ver un grupo de sujetos, entre ellos los adolescentes Edwin N., y Benito N.; en el momento que pasaba el sorbetero conocido como Daniel, al cual los sujetos lo rodearon y empezaron hacerle señas amenazantes con corvos y pistola.

La víctima al verse amenazado sacó un arma de fuego y empezó a dispararles a los sujetos, pero uno de los pandilleros alias el “Tigre”, con el arma de fuego que portaba le disparó al comerciante. Luego le pasó el arma al  menor Benito N., quien le disparo también a la víctima; este se la pasó a Edwin N., quien le dio el tiro de gracia al vendedor. Los pandilleros huyeron del lugar, pero dos de ellos fueron capturados.

Debido a la gravedad de las lesiones que recibió Mendoza, falleció en el lugar de los hechos. El médico forense estableció que la causa directa de la muerte fue herida penetrante de abdomen producido por proyectil disparado por arma de fuego.

El juez declaró culpable a Benito N., y lo condenó a ocho años de internamiento y cinco años como medida en libertad asistida. Mientras que a Edwin N., le impuso la medida definitiva de cinco años de internamiento, la cual deberá cumplir en el Centro de Inserción Social para Menores El Espino, en Ahuachapán.