Delta expulsa a una familia de un vuelo y luego se disculpa

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Un nuevo escándalo en los aires. Delta Airlines expulsó de un avión a una pareja y su hijo de dos años por ocupar éste un asiento que habían pagado. La tripulación le indicó al padre, Brian Schear, que debían ceder la butaca, comprada inicialmente para otro de sus hijos, a otro pasajero. Ante la insistencia del pasajero, una agente aeroportuaria llegó a amenazarle con ir a la cárcel si no cumplía las órdenes.

Schear, su esposa y sus otros dos hijos, de uno y dos años de edad, fueron finalmente escoltados fuera del avión y volaron a su destino en un vuelo posterior con una aerolínea diferente.

El incidente ocurrió el 23 de abril, pero el video fue publicado en YouTube el 3 de mayo por Brian Schear, el cliente que discutió con un asistente de vuelo durante ocho minutos.

“Sentimos la desafortunada experiencia que nuestros clientes tuvieron con Delta, y hemos acordado con ellos la devolución de su billete y una compensación adicional”, dijo la aerolínea en un comunicado emitido el jueves. “El objetivo de Delta es trabajar siempre con los clientes en un intento de encontrar soluciones a sus problemas de viaje. Eso no ocurrió en este caso y nos disculpamos”.

En el video se puede escuchar a Schear repitiendo que él pagó por el asiento en el que estaba sentado su hijo pequeño. Dijo que “no está bien” que la aerolínea le pidiera renunciar a él.

Dijo que compró a su hijo mayor un asiento en un vuelo diferente para que su hijo pequeño pudiera ir sentado en un asiento de seguridad en lugar de que sus padres lo llevaran cargando durante el viaje toda la noche. “No puede dormir a menos que esté en su asiento del coche”, se escucha decir al padre.

Se puede escuchar a un funcionario diciendo que es la política federal que quien ocupa un asiento en un avión debe ser la persona a cuyo nombre está reservado ese asiento. El funcionario también le dice al hombre que “irá a la cárcel” si no coopera.

Delta indicó que el vuelo no estaba lleno, pero había pasajeros esperando, por lo que estaban tratando de hacer espacio en el vuelo.

El incidente ocurrió en el vuelo de Delta 2222, un viaje de noche desde Hawai a Los Ángeles.

Más tarde, las autoridades recurrieron a la mentira al sostener que los niños de dos años o menores deben, por ley, ir en el asiento con sus padres. La Administración de Aviación Federal (FAA, por sus siglas en inglés), sin embargo, indica que “los niños deben ir en una sillita o butaca durante todo el vuelo por razones de seguridad”. Las reglas también señalan que “los brazos (de un adulto) no son capaces de sostener a un niño con seguridad, especialmente durante las turbulencias”. Incluso Delta, en sus normativas, recomienda a familias que compren asientos para niños de dos o más años de edad.

El argumento, burocrático, por el cual la aerolínea forzó a la familia a bajarse del avión fue su política, en este caso llevada al extremo, que estipula que “todos los billetes son designados nominalmente y no pueden ser transferidos a otra persona”. Ante la abundancia de pasajeros en lista de espera, Delta utilizó la letra pequeña para evacuar a Schear y sus familiares pese a haber comprado el asiento.

Tras el incidente, Delta, tratando de salvarse de los escándalos que en las últimas semanas acechan a las aerolíneas por comportamientos agresivos en sus aeronaves, emitió un comunicado afirmando que habían recompensado económicamente a la familia Schear.

Las aerolíneas estadounidenses están en el ojo del huracán, luego de que en abril pasado se conoció el caso de un pasajero que fue sacado a la fuerza de un vuelo de United Airlines, debido a que se negó a ceder su asiento. Pasajeros que presenciaron el incidente viralizaron videos en las redes sociales, en las cuales se ve al pasajero, un médico de profesión, sangrando de la boca.

El caso obligó a United a disculparse y aceptar la revisión de sus políticas.