Alejandro Werner, Director del Departamento del Hemisferio Occidental de El Fondo Monetario Internacional es optimista sobre las posibilidades de que América Latina pueda salir del bache en el que está metida, pero considera que no volverá a los años dorados del boom de las materias primas.
Werner, menciona que América Latina está tardando en recuperarse y los motores se están encendiendo lentamente para volver a un crecimiento que no va a ser tan bueno como el de los últimos cinco años anteriores a la recesión, pero tampoco va a ser tan malo como en los últimos dos.
Esto, luego de dos años de crecimiento cero y negativo para América Latina, pero que este año esperan que la región vuelva al crecimiento positivo y esto básicamente refleja el hecho de que estén esperando que Brasil deje de contraerse y que Argentina pase de contraerse un 2,3% a un crecimiento del 2,2%.
Al cuestionar si se acabó el crecimiento a tasas chinas es de la opinión que es difícil pensar que se pueda ver en un periodo razonable que América Latina esté creciendo a tasas superiores al 4%.
El boom de las commodities generó un boom en la inversión en un entorno donde tanto la mano de obra como la capacidad Instalada podría aceptar un incremento de la demanda Importante y por eso tuvimos tasas de crecimiento tan altas.
Para adelante, sin un choque externo tan positivo, un proceso de crecimiento acelerado va a tener venir de políticas internas que fomenten la inversión y la productividad. Y esto es más complejo de instrumentar y es un trabajo a largo plazo.
¿El proteccionismo de Trump puede ser una oportunidad para América Latina?
Es de la opinión que hay una clara determinación de muchos países de América Latina de seguir integrándose a la economía mundial.
Para el responsable del FMI para la región, el proteccionismo de Trump no es bueno.
Puede ser una oportunidad para América Latina el enfrentarse a un entorno internacional donde los sentimientos proteccionistas y nacionalistas se están intensificando no es bueno.
Aunque asegura que hay una clara determinación de muchos países de América Latina de seguir integrándose a la economía mundial.
“Enfrentarse a un entorno internacional donde los sentimientos proteccionistas y nacionalistas se están intensificando no es bueno”
Aunque declara que también puede ser la fuerza externa que empuje a consensos que en el pasado no se pudieron realizar, como que los países de la Alianza del Pacífico y del Mercosur lleguen a ciertos acuerdos importantes o que haya más cooperación entre los propios países del Mercosur.
Al considerar que Argentina y Brasil sean de los países más proteccionistas del mundo menciona que estos pueden sobrevivir a sus empleos a una apertura.
Aunque dice que salir de una economía tan distorsionada implica la necesidad de ir estableciendo políticas sectoriales que hagan que genere las menores disrupciones en el mercado laboral.
“Argentina es un país que cuenta con fundamentos para ser altamente competitiva en un contexto no proteccionista por su situación geográfica, acceso a recursos naturales y capital humano. El tema importante es cómo hacer la transición. La gradualidad es muy importante”.
No obstante, la complejidad de Brasil es mayor y tiene una deuda mucho mayor que Argentina.
Además de que es una economía donde las distorsiones son menores a la economía argentina, pero por lo mismo, los frutos son menores que en Argentina.
“Las distorsiones en Argentina hacen más viable pensar que con ciertos cambios la recuperación pueda ser más rápida, mientras que en Brasil es más cuestionable”.
Al consultarle si existe el riesgo de que en América Latina se pierdan los avances de los últimos años y aumente la desigualdad y la pobreza, es breve en señalar que países como Brasil, Chile, Perú, Colombia han podido atravesar el periodo de desaceleración económica defendiendo los logros en materia social de los últimos años.
En Brasil, poder hacer un ajuste fiscal muy gradual le ha permitido mantener los planes sociales. Donde no ha habido recesión, solo desaceleración, no vemos un deterioro del mercado laboral, como en Colombia y Chile.
“Esto no quiere decir que no haya preocupación. Los gobiernos están trabajando para mantener el gasto social pero también para aumentar la eficiencia de este gasto”.
