Gastroenteritis, el mal de la niñez

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Según el último informe de la OMS más 1,7 millones de niños menores de cinco años mueren anualmente por diversas causas de contaminación ambiental y de ellos 361 mil fallecen a causa de enfermedades diarreicas debidas al acceso insuficiente a agua salubre, saneamiento e higiene.

“La diarrea suele ser un síntoma de una infección del tracto digestivo, que puede estar ocasionada por diversos organismos bacterianos, víricos y parásitos. La infección se transmite por alimentos o agua de consumo contaminado, o bien de una persona a otra como resultado de una higiene deficiente”, subrayó la doctora Valeria Blumetti, pediatra de la Clínica Zabala.

La diarrea suele ser un síntoma de una infección del tracto digestivo.

Cuando se observa una evacuación más acuosa de lo normal es factible estar frente a un típico caso de diarrea que puede ser señal de muchas enfermedades leves como también cuadros más complejos, en ambos casos la consulta con profesionales es esencial.

Los cuadros más comunes en los más pequeños están relacionados con la gastroenteritis la cual puede estar acompañada con síntomas como nauseas, vómitos, pérdida de apetito, retortijones y malestares en la zona baja del abdomen. Estos suelen ser muy molestos y más aun para los más pequeños de la familia.

La doctora Blumetti destacó algunos factores de riesgo para contraer, prolongar o complicar la enfermedad diarreica y que hay que tener en cuenta para ser tratados de inmediato por algún profesional en medicina.

El agua, alimentos contaminados, familiares con enfermedad diarreica son algunos factores ambientales a tener en cuenta.

Existen factores ambientales y familiares que pueden tener incidencia en la salud de los más pequeños. El agua, alimentos contaminados, inadecuado manejo de excretas, hacinamiento, familiares con enfermedad diarreica, viajes, presencia de animales y condiciones higiénicas deficientes son un claro foco infeccioso para el núcleo familiar.

La edad en los más chicos puede ser un factor determinante. El lactante pequeño tiene aún más riesgo de deshidratación por su composición corporal. Por otro lado, niños un poco más grandes tienen mayor riesgo de contraer enfermedades generales por bacteriemia y/o sepsis asociada.

El estado nutricional de los menores juega un papel fundamental a la hora de hablar de factores de riesgo determinantes. Pacientes desnutridos tienen una velocidad más lenta de recuperación de la intestinal y puede estar aumentada la susceptibilidad a diarreas prolongadas que deterioran aún más su estado nutricional.

Rotavirus puede provocar desde una infección asintomática en menores de 3 meses, y hasta una diarrea grave con deshidratación.

Ante la duda de creer estar presente ante un caso típico de Rotavirus la consulta al médico puede disminuir el riesgo debido a que puede provocar desde una infección asintomática en menores de 3 meses, y hasta una diarrea grave con deshidratación. Su incidencia aumenta más dentro del periodo invernal.

La prevención es sencilla y consta en el lavado continuo de las manos con agua y jabón, tener un extremo cuidado en la limpieza de las frutas y verduras, como también mantener hidratado el cuerpo durante todo el días puede ayudar a evitar este tipo de patología que afectar a un gran porcentaje de la población infantil.